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Un adolescente de 15 años de un pueblo del municipio de Elche, en España, asesinó con una escopeta a sus papás y a su hermano de 10 años.
El hecho ocurrió luego de que la madre del joven le cortara el servicio de internet inalámbrica por su mal desempeño en el colegio.
Además, el adolescente convivió con los cadáveres de sus familiares durante tres días hasta que finalmente le confesó a una vecina que los había asesinado.
El adolescente, que se declaró autor de los hechos ante la policía, fue trasladado a un centro de régimen cerrado para menores de edad.
El triple crimen se produjo en el pequeño poblado rural de Algoda , ayuntamiento de Elche, en la provincia de Alicante.
De acuerdo con el resumen de los hechos que realizó el diario El País de España, el menor discutió con su madre a causa de que ella lo castigó con el corte de la conexión a internet por haber bajado las notas en los estudios.
La sanción de dejarlo sin conexión a la red tuvo que ver con que el joven, muy activo en las redes sociales y fanático de los juegos en línea, había abandonado cinco asignaturas del colegio.
Además, se había negado a realizar las tareas que toda la familia solía llevar a cabo en el campo. Sus amigos contarían luego que el menor les había dicho que “le daba pereza” estudiar.
Después de la discusión con su madre, el adolescente tomó una escopeta de caza --objeto muy común en los poblados rurales-- y le disparó dos veces .
Luego asesinó a su hermano de 10 años cuando intentaba huir de la casa. Más tarde escondió los cuerpos en un granero en el que su papá guardaba objetos para trabajar la tierra y tractores. La familia tenía un terreno en el que cultivaba naranjas.
Después de haber cometido el doble crimen, el joven aguardó a que regresara su papá del trabajo, alrededor de las 10 de la noche, y le disparó tres veces en cuanto lo vio bajarse del carro. El cadáver de su padre lo ocultó en el mismo lugar que los de las otras víctimas y el joven asesino permaneció en su vivienda varios días sin salir ni asistir a sus clases.
Según lo que contaron más tarde sus compañeros, el menor les dijo que faltó a la escuela porque tenía covid. Finalmente, el viernes 11, una vecina de la familia a la que el adolescente habría confesado sus crímenes, dio aviso a la policía y a otros familiares de las víctimas.
El joven fue detenido ese mismo día y trasladado a un centro especial para menores en una comisaría de Elche, donde por la noche confesó sus crímenes.
Según fuentes de la investigación del caso, el adolescente mostró en todo momento “una frialdad fuera de lo normal, sin expresar remordimientos” por lo que había hecho.
Este domingo 13, el adolescente llegó a declarar en horas de la mañana a la Fiscalía de Menores de los tribunales de Alicante y se retiró alrededor de las tres de la tarde. El juez de la causa decidió que siga encerrado.
Se desconoce dónde se encuentra, pero los medios españoles especulan con que podría pertenecer a la misma Comunidad Valenciana a la que corresponde Alicante, una provincia que todavía trata de salir de su asombro y comprender cómo pudo darse allí un hecho tan tremendo.
