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¿Inyectar desinfectante? Jamás le haga caso a Donald Trump

Más de 100 personas habían sido atendidas el viernes por ingerir productos desinfectantes.

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La asesora médica de la Casa Blanca Deborah Birx se retorció horrorizada y los comediantes en Estados Unidos se frotaron las manos cuando el jueves el presidente Donald Trump divagó sobre la posibilidad de inyectar desinfectante contra el coronavirus.

En un momento en que la mayoría de las encuestas muestran que los estadounidenses prefieren que Trump deje la ciencia a los expertos, sus planteamientos en la conferencia de prensa marcaron un nuevo récord en el campo de las ideas médicas aficionadas.

Alentado por indicios que el calor del verano podría bajar los efectos del nuevo virus, Trump utilizó la conferencia de prensa para divagar sobre si la luz solar podría constituir un tratamiento médico.

“Suponiendo que le diéramos al cuerpo un inmensa -ya sea una luz muy potente o que sea ultravioleta”, planteó. “Supongamos que se aplique la luz dentro del cuerpo, lo que se puede hacer por la piel o por otras formas”, agregó.

Birx y otros asesores lo miraban nerviosos mientras él continuaba.

"Y también vemos que el desinfectante, lo mata (al virus) en un minuto. Un minuto. Si hubiera una forma que pudiéramos hacer eso, por ejemplo con una inyección dentro, como una limpieza", planteó.

Birx, visiblemente nerviosa soltó una mueca de incomodidad, sin poder contenerse.

Las consencuencia de las ocurrencias de Trump no tardaron en dejarse ver. Más de 100 personas habían sido atendidas el viernes por ingerir productos desinfectantes.

Lluvia de burlas

Tras la ola de críticas y de burlas, el Trump aclaró que estaba hablando “sarcásticamente” cuando hizo esos comentarios.

Más tarde, visiblemente enojado por la polémica, puso fin a su rueda de prensa diaria sobre el coronavirus tras apenas unos 20 minutos y sin aceptar preguntas, un hecho inusual desde el principio de la crisis.

Estados Unidos es el país del mundo más golpeado por el nuevo virus con más de 50.000 fallecidos, y las medidas de cuarentena tomadas para frenar los contagios han provocado estragos en la economía, disparando el desempleo y complicando las perspectivas de Trump de cara a la reelección de noviembre.

En un momento de tensión entre los que piden retirar las restricciones como el distanciamiento social y los que prefieren priorizar la salud, Trump parecía en busca de la solución milagrosa.

En las últimas semanas, Trump abogó agresivamente por el uso de cloroquina e hidroxicloroquina para luchar contra el nuevo virus, pese a que las pruebas a favor de estos tratamientos contra la malaria son flojas, por decir lo menos.

Para la casa

Rick Bright, que hasta esta semana era el encargado de desarrollar una vacuna contra el coronavirus, dijo que fue despedido por oponerse al tratamiento con cloroquina.

Después, un estudio preliminar del gobierno sobre los efectos de la luz solar alentaron a Trump.

Los comentarios del presidente sobre los desinfectantes provocaron una avalancha de memes y bromas en Twitter que mostraban cócteles de desinfectante o un desayuno con productos para limpiar el inodoro.

Joe Biden, el candidato demócrata para afrontar a Trump en las elecciones de noviembre, se sumó a las burlas en internet.

“No me puedo creer que tenga que decir esto, pero por favor no beban cloro”, tuiteó el exvicepresidente.

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