La justicia dominicana ordenó este jueves el arresto de dos de los propietarios de la discoteca que colapsó en Santo Domingo hace dos meses, con saldo de más de 200 muertos.
Del siniestro fueron recuperados los cuerpos de 221 fallecidos, aunque el saldo se ubicó finalmente en 236 con las muertes posteriores en hospitales.
Entre los fallecidos está la costarricense Karla Sánchez, de 41 años y vecina de Desamparados de Alajuela, y su esposo, Pedro Cepeda.
La Fiscalía informó en un comunicado que imputó el cargo de homicidio involuntario a los hermanos Antonio y Maribel Espaillat, quienes comparecieron más temprano en la sede de la Procuraduría General de la República (PGR).
Son las primeras acusaciones por la tragedia en el club nocturno Jet Set, que se derrumbó la madrugada del 8 de abril durante el concierto del popular cantante de merengue Rubby Pérez, quien falleció en el lugar.
La fiscalía señaló “una inmensa irresponsabilidad y negligencia” por parte de los Espaillat “al dejar de realizar una intervención física que impidiera que el techo del centro de diversión colapsara”.
La familia encabeza un conglomerado de medios y un restaurante.
Los parientes de las víctimas habían presentado más de 50 demandas civiles contra esta familia, al tiempo que aumentaba la presión sobre las autoridades en medio de denuncias de privilegios para el empresario.
“La familia Espaillat fue clara que está abierta a cooperar con la investigación”, dijo a la prensa su abogado Miguel Valerio al llegar a la PGR.
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Problemas de filtración
La de Jet Set es una de las mayores tragedias en el país caribeño de 11 millones de habitantes.
La detención se produjo un día después de que una comisión especial entregó el informe técnico sobre las causas del desplome a la PGR.
Leonardo Reyes Madera, que encabezó el equipo evaluador, dijo a la AFP que la divulgación de los datos del reporte quedará a cargo de la Fiscalía.
Pero expertos coinciden en que el techo colapsó producto de una sobrecarga de la estructura en medio de una pobre fiscalización, al tiempo que el gobierno reconoció un vacío legal en temas de regulación de infraestructuras.
El mismo Espaillat dijo el pasado 23 de abril que el local “siempre” tuvo problemas de filtración y que “nunca” fue supervisado por las autoridades.
La discoteca Jet Set funcionó por 52 años aunque en ese edificio desde 1994.
La estructura -concebida inicialmente para albergar un cine- tenía doble altura. Desde el aire -después del desplome- podía verse el agujero que dejó el techo colapsado y en el medio máquinas de aire acondicionado y plantas eléctricas que pesaban toneladas.
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“Si tú sobrecargas una estructura no te va a soportar”, explicó en abril Persio Díaz, profesor en Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).