El papa Francisco, quien falleció este lunes a los 88 años, había expresado en varias ocasiones su devoción a la Virgen de Guadalupe, uno de los pilares de la devoción católica en América Latina.
A propósito de la muerte del pontífice se recuerdan algunos momentos, en los que el argentino habló de la Virgen Morena, a quien consideraba su protectora y una madre cercana, quien lo marcó cuando tuvo una profunda crisis existencial.
De acuerdo con el libro “La vida oculta de Bergoglio”, del periodista argentino Armando Rubén, Francisco vivió un periodo de aislamiento y en la Residencia Mayor de la Compañía de Jesús en Córdoba. Se retiró luego de dejar su cargo como provincial de la orden en Argentina, un puesto que había asumido a los 36 años.
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En ese entonces, el papa tenía 52 años y esta crisis de identidad lo hacía limitar sus actividades en la iglesia, celebrando misas y confesando a los fieles.
El libro relata que Jorge Mario pasaba largas horas orando frente al Santísimo y sus compañeros estaban preocupados por su salud. El director de la residencia, el padre José Antonio Sojo intentó ayudarlo ofreciéndole cambiar de habitación a una más tranquila, alejada del ruido de la calle, cosa que Francisco rechazó y por eso le pidieron ayuda a una doctora, porque temían por su estabilidad emocional.
Fue la doctora Selva Tissera, quien se encargaba de la salud del sacerdote quien le regaló una medalla de la Virgen de Guadalupe, como una muestra de apoyo y de acuerdo con el periodista argentino, Bergoglio se conmovió tanto al recibir este obsequio, que de una la colgó en su cuello y años más tarde, el propio papa reconoció que esto marcó un antes y un después en su vida.
Un emotivo momento
El papa plasmó su devoción por la Virgencita en algunas de las actividades que celebró a lo largo de su papado.
Durante una misa celebrada el 12 de diciembre del 2018 en la basílica de San Pedro, Francisco resaltó que la Virgen de Guadalupe no pertenece a un grupo cultural, sino que para él es un símbolo de unidad para América Latina.
“La Guadalupana no es solo indígena, española, hispana o afroamericana; simplemente es latinoamericana”, dijo en ese entonces.
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En otra misa, celebrada el 12 de diciembre del año pasado, el papa hizo alusión a tres elementos claves del misterio guadalupano: la tilma, la rosa y la maternidad de María.
Según Vatican News, el papa destacó que la tilma, donde quedó plasmada la imagen de la Virgen, simboliza la sencillez y la humildad; las rosas, que San Juan Diego llevó como prueba al obispo, representan la belleza y la fe; y la maternidad de María, que se manifiesta en su cuidado y protección hacia todos sus hijos.