Internacionales

Locura masculina por las tenis de lujo provoca que existan unas que valen casi ¢30 millones

Gastan lo que sea por tener el nuevo modelo que sale al mercado

EscucharEscuchar

Christian, de 10 años, tiene 20 pares de zapatillas deportivas de lujo en los armarios de su cuarto en los suburbios de Nueva York. Maxance, que acaba de cumplir 14 años, pidió sin éxito a sus padres un par de Adidas de 800 dólares para su cumpleaños.

“Estamos en un mundo en el cual los tenis son casi obras de arte”, dice este adolescente neoyorquino.

Estamos también en un mundo en el cual las zapatillas deportivas fruto de colaboraciones entre marcas deportivas, marcas de lujo, raperos y atletas súper conocidos, muchas veces ediciones limitadas a unos miles de pares, se han convertido en un elemento esencial del guardarropas masculino, tanto para adolescentes como para cuarentones.

Las zapatillas pueden venderse a varias decenas de miles de dólares, como un modelo rarísimo Air Jordan 11 Retro “Jeter”, que se negociaba estas últimas semanas en torno a los 50.000 dólares (aproximadamente 30 millones de colones).

Se compran de segunda o tercera mano, esencialmente por internet pero también en tiendas muy elegantes por ejemplo en Nueva York, una de las capitales mundiales de esta floreciente cultura de las zapatillas.

La compra y reventa de los tenis no es un fenómeno nuevo, sin embargo. Comenzó en los años 1990, con los primeros Air Jordan fabricados para Nike por la leyenda del básquetbol Michael Jordan, que se convirtieron rápidamente en objetos de colección, y se amplificó en internet en la década del 2000 con la llegada del sitio de subastas en línea eBay.

Impulsado por las celebridades y los “influencers” en las redes sociales y la omnipresencia de la cultura del rap, el mercado se amplió al mundo entero y prospera en Estados Unidos, en Europa y en Asia.

Aunque las ventas por internet representan aún un 90% de la facturación, la empresa proyecta abrir en los próximos meses varias otras tiendas, en Estados Unidos y en el extranjero.

China “es actualmente nuestro segundo mercado”, dice McPheters. Y gracias a una colaboración con el sitio de lujo en línea FarFetch, espera penetrar pronto en el mercado ruso.

Matt Troisi, de 29 años, que frecuenta asiduamente Stadium Goods y es un comprador-revendedor experimentado con unos 300 pares de tenis, está convencido de que el mercado es enorme.

Gana de 25.000 a 35.000 dólares (entre 13 y 17 millones de colones) por año negociando zapatillas. O sea la mitad de su sueldo de gerente para el grupo de restauración Tao, donde se codea con celebridades que facilitan su acceso a ediciones limitadas.

“Nosotros, los hombres, no estamos siempre en el top de la moda (...) Podemos tener cero estilo en vestimenta, solo un buen par de zapatillas y está bien, íestamos vestidos!”, dice riendo, calzado con un par de Nike que conmemoran el alunizaje de 1969, un modelo que hoy se cotiza a unos 1.000 dólares (aproximadamente ¢565 mil).

Para McPheters, una de las claves del futuro crecimiento está justamente en atraer más mujeres a este mundo.

“Es uno de los problemas del sector”, sostiene. “Las marcas intentan desde hace tiempo atraer a mujeres con cordones rosas y colores ‘femeninos’, mientras ellas quieren los mismos productos que los hombres”.

“En los próximos meses, trabajaremos sobre maneras innovadoras de presentar nuestros productos, pensando sobre todo en las mujeres”, cuenta.

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.