La hediondez de un pasajero de un vuelo de Transavia Airlines con destino a Ámsterdam causó que varias personas vomitaran y obligó a realizar un aterrizaje de emergencia en Portugal, el martes pasado.
El insoportable olor se percibió desde que el hombre llegó a los pasillos del aeropuerto de Gran Canaria, por lo que los tripulantes de cabina decidieron sentarlo al final de la nave para así reducir la hediondez y evitar quejas, pero de nada sirvió.
“La gente vomitaba, cayó enferma (...) El olor era gigantesco. El hombre olía fatal. Desde que llegó al pasillo, la gente comenzó a gritar y se puso a buscar pañuelos para tapar la nariz”, dijo Piet Van Haut, uno de los pasajeros, al diario holandés The Telegraaf.
El olor era tan insoportable que la tribulación bañó el avión en perfume. Además, las personas que iban en la parte trasera, huyeron. Ante la desesperación de los viajeros, el hombre se debió sentar en uno de los inodoros de la nave.
“Escuché a alguien decir que el hedor era peor que el de un cadáver que se había estado descomponiendo durante un mes. Era una situación insostenible”, dijo Van Haut.
Aunque la tripulación trató de hacer mil intentos para desaparecer el asqueroso olor, nada resultó, por lo que el capitán decidió aterrizar en Faro, Portugal, para hacer sacado al hombre.
”Un equipo de limpieza tuvo que venir para limpiar todo el avión. Sólo entonces podríamos continuar el trayecto. Finalmente llegamos a Ámsterdam dos horas tarde”.