En abril de 2010, la vida de Cathy Terkanian, una enfermera jubilada, dio un giro inesperado.
Tras 36 años, la esperanza de reunirse con su hija Alexis, a quien había dado en adopción de bebé, se convirtió en una pesadilla. Una carta del Departamento de Servicios Sociales de Virginia le reveló que el cuerpo de una joven encontrado en Racine, Wisconsin, podría ser el de Alexis.
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Aundria Michelle Bowman, el nombre adoptivo de su hija, había desaparecido de su hogar en Michigan a los 14 años. Cathy, impulsada por una intuición inquebrantable, inició una búsqueda incansable que la llevó a desentrañar un pasado oscuro y aterrador.
Un pasado marcado por el circo y la desesperación
Cathy, proveniente de un hogar disfuncional, huyó a los 14 años y terminó en Nueva Orleans. Allí, en el movimiento contracultural de los años 70, conoció a Randy Badger, padre de Alexis, con quien se casó y trabajó en un circo como la “chica gorila”.
Embarazada a los 15 años, Cathy dio a luz a Alexis en 1974. Sin embargo, la relación se deterioró, y Cathy regresó a Virginia, donde, bajo la presión familiar y las difíciles circunstancias de su madre, accedió a dar a su hija en adopción. “Nunca le dije ‘adiós’. Fue como dejar que otra persona la cuidara un rato”, recuerda con dolor.
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La revelación de un padre adoptivo con un oscuro secreto
Aundria fue adoptada a los 16 meses por Dennis y Brenda Bowman. Con el paso de los años, Cathy, desesperada por encontrarla, creó perfiles en redes sociales y colaboró con Carl Koppelman, un detective aficionado. Juntos descubrieron detalles perturbadores sobre Dennis Bowman: un historial de agresiones y delitos sexuales, incluyendo un ataque a una adolescente en 1980 por el que fue encarcelado.
La angustia de Cathy creció al darse cuenta de que la policía no la tomaría en serio. A pesar de que una prueba de ADN inicial en 2013 descartó que el cuerpo hallado en Racine fuera el de Alexis, Cathy sentía que su hija estaba muerta y que Bowman era el responsable.
Una intuición que condujo a la verdad y la justicia
Convencida de la culpabilidad de Bowman, Cathy tomó medidas drásticas. Colocó una valla publicitaria cerca de la casa de Bowman, ofreciendo una recompensa por información que condujera a un arresto. También lo acusó públicamente en redes sociales, desafiándolo a limpiar su nombre.
La intuición de Cathy la llevó a sospechar de una losa de hormigón en la parte trasera de la propiedad de Bowman, incluso después de que se mudaran. Nueve años después de iniciar su búsqueda, en 2019, Dennis Bowman fue arrestado por la violación y asesinato de Kathleen Doyle en 1980.
Aprovechando su entrenamiento como enfermera para el análisis de casos, Cathy habló con la policía. Sabía que la mayor debilidad de los Bowman era el deseo de permanecer juntos. La estrategia funcionó: Bowman confesó haber asesinado a Alexis y que su cuerpo estaba enterrado en el patio trasero de la casa. En 2020, las excavaciones confirmaron la terrible verdad.
Bowman fue condenado a dos cadenas perpetuas por el asesinato de Kathleen Doyle y recibió entre 35 y 50 años adicionales por el de Alexis. A pesar del doloroso final, Cathy Terkanian logró darle voz a su hija y, tras décadas de incertidumbre, le brindó justicia.