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Marte está más cerca que nunca

'Astronautas' se entrenan en el desierto de Omán

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Dos astronautas vestidos con cascos y trajes espaciales plateados y situados de pie sobre un terreno desértico de color ocre lleno de piedras inspeccionan un pequeño vehículo "rover" destinado a recorrer Marte tomando imágenes y recogiendo muestras y, después, se comunican con el centro de control de la misión para pedir instrucciones.

Pero no están desarrollando sus trabajos en el Planeta Rojo, a más de 220 millones de kilómetros de la Tierra, sino en una zona árida de Oriente Próximo, concretamente un desierto de la Península Arábiga, situado al sur del sultanato de Omán, cerca de las fronteras con Yemen y Arabia Saudita.

Estos dos hombres del espacio forman parte de un equipo de seis "astronautas análogos", así denominados porque trabajan en condiciones muy similares a las de Marte, dentro de la misión AMADEE-18, que se desarrolla en el desierto omaní de Dhofar, durante cuatro semanas, del 8 al 28 de febrero de 2018.

El Foro Espacial Austriaco (OeWF), con la cooperación del Comité Directivo Nacional de Omán (Oman National Steering Committee), lidera esta misión de simulación de Marte, en la que además de los "astronautas" proveniente de cinco países, participan profesionales de 20 naciones y 16 instituciones de 6 países, según el OeWF, con sede en Innsbruck, Austria.

“AMADEE-18 es uno de los mejores ejemplos de cooperación internacional exitosa”, dice Reinhard Tlustos, director de vuelo de esta misión en Omán y miembro del consejo directivo de OeWF.

Esta misión ofrece a las empresas que no forman parte de la industria espacial la oportunidad de tomar contacto con este sector y de probar servicios y productos en entornos extremos, para desarrollarlos y mejorarlos, según Rüdiger Köster, director tecnológico de T-Mobile, una de las compañías asociadas.

El desierto de Dhofar tiene varias características superficiales que se asemejan a las de Marte, las cúpulas de la cuenca salina de Omán meridional y los antiguos lechos de ríos.

El sitio de prueba, donde se dan temperaturas de entre 16 y 26 grados centígrados, y menos de 10 milímetros de precipitaciones de lluvia, presenta una amplia gama de superficies de arena y rocas, combinadas con una amplia variabilidad en su inclinación, añade este centro.

La "tripulación de campo" de la misión hace 16 experimentos y pruebas de equipos, programas de cómputo, sistemas de navegación y materiales.

Las comunicaciones entre el personal situado en Omán, que simula estar operando en Marte, y el Centro de Apoyo a la Misión en Innsbruck, que simula ser un centro de control de la Tierra, se gestionan con 10 minutos de retraso, imitando el desfase temporal real entre los dos planetas.

Durante AMADEE-18, cuyo "día de aterrizaje" o comienzo de la misión fue el 8 de febrero, un equipo de técnicos e investigadores realiza una serie de experimentos en las áreas de ingeniería, operaciones planetarias de superficie, astrobiología, geofísica/geología y ciencias de la vida, para preparar el camino para futuras misiones humanas en Marte, según la agencia austriaca.

Esta misión está diseñada con el objetivo de estudiar equipos, procedimientos y flujos de trabajo bajo condiciones parecidas a las de los desiertos marcianos, extremas para la vida y con humanos dentro del circuito, para probar técnicas geofísicas o de detección de vida, y los equipos de soporte remoto.

Uno de los experimentos consiste en probar sobre el terreno el funcionamiento de distintos vehículos "rover", uno de ellos para exploración planetaria, controlado por los astronautas mediante un casco de realidad virtual.

Durante esta misión simulada a Marte también se prueban invernaderos móviles e hinchables con cultivos hidropónicos de verduras; se estudian los niveles de fatiga física y mental de los astronautas análogos; sí como las interacciones psicológicas y comunicación verbal de los integrantes del equipo.

También se efectúan experimentos de detección de agua y componentes del terreno mediante radares, espectrometría y ultrasonidos, ensayos de fabricación de elementos mediante impresoras 3D y de la exploración del entorno mediante drones de despegue y aterrizaje vertical, y pruebas de vehículos terrestres propulsados por el viento, según el centro con sede en Austria.

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