Un total de 657 nuevos casos de COVID-19 se han registrado entre los trabajadores de una gran planta empacadora de carne en Alemania, dijeron las autoridades el miércoles.
El nuevo foco se encuentra en un matadero en Rheda-Wiedenbrueck, dijeron las autoridades del distrito de Guetersloh. Funcionarios de la empresa dijeron que podría estar vinculado con las visitas de los trabajadores a sus familias en países de Europa del este, tras suavizarse los controles en las fronteras.
Las autoridades realizaron pruebas a 1.050 personas en la planta. Hasta el momento se conocían 983 resultados, de los cuales 326 eran negativos, dijo el concejo local. Se ordenó el cierre del matadero y tests para todos los que habían trabajado allí, lo que significó colocar a unas 7.000 personas en cuarentena.
La canciller alemana, Angela Merkel, elogió a los funcionarios regionales por cerrar rápidamente las escuelas en la región.
“Estamos lejos de un aumento exponencial”, dijo Merkel a los periodistas, insistiendo en que el país continuará tratando de relajar las restricciones a pesar del brote local en el matadero.
“Pero vemos en estos brotes que el virus no se ha ido”, agregó.
Con estos contagios, la región superó el umbral de 50 por cada 100.000 residentes a lo largo de una semana, obligando a las autoridades a pensar en nuevas restricciones. En todo el distrito se decretó el cierre de escuelas y guarderías desde el jueves hasta el inicio de las vacaciones escolares a finales de mes, pero no una cuarentena más amplia.
Alemania empezó a suavizar las cuarentenas a fines de abril y las tasas de contagio han sido generalmente bajas, aunque brotes locales vinculados con mataderos, iglesias y un restaurante, entre otros, han causado preocupación.