Mundo Picante: Matrimonio taiwanés, el sueño de los gais en China

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Emocionadas por la idea de ponerse pronto los anillos, Ren Weilian, de 26 años, y su compañera, Zhu Tiantian, se prueban los vestidos de seda amarilla que llevarán para darse el sí, aunque no sea de forma oficial.

"No es fácil organizar una boda lésbica aquí, ya estoy viendo que habrá muchos problemas. Pero estoy decidida a que tengamos también nuestra ceremonia", lanza Weilian.

El mes pasado, la decisión de la corte suprema de Taiwán de autorizar los matrimonios entre personas del mismo sexo –una primicia en Asia– no pasó inadvertida en China continental, donde medios oficiales y redes sociales dan cada vez más visibilidad a la comunidad homosexual.

Shanghái, China, que desde hace años funciona como laboratorio social, celebra en estos momentos su "gay pride", la única en China. El acontecimiento es mucho menos exuberante que los organizados en los países occidentales, pero ya alcanza a su novena edición.

Entre las páginas de citas, la aplicación Blued, creada en China, reivindica un récord mundial de 27 millones de abonados LGBT.

El año pasado un tribunal del centro del país rechazó una petición de matrimonio formulada por dos hombres. Pero el simple hecho de que la corte aceptara examinar el caso fue considerado como un avance.

No obstante, el matrimonio sigue siendo un sueño lejano para los homosexuales chinos, en un país que oficialmente clasificaba la homosexualidad como una enfermedad mental hasta 2001. Decenas de millones de ellos no salen del armario o siguen casados con personas del sexo contrario para responder a la presión de unos padres que exigen tener nietos.

Fue el caso de Zhu Tiantian, que tuvo que casarse con un hombre para contentar a sus padres. Su matrimonio duró menos de un año.

"La decisión de Taiwán nos da esperanza de que el resto del mundo chino no tarde en seguir", asegura Duan Rongfeng, un arquitecto de Shanghái que se casó con su compañero, Li Tao, hace dos años en California.

Sin embargo, la diferencia cultural sigue siendo grande entre la isla democrática y China continental, donde al Partido Comunista en el poder no le gusta dar rienda suelta a las comunidades fuera de su control.

Muchos homosexuales chinos esperan poder casarse en Taiwán , pero la isla debe todavía redactar los textos de ley a este efecto.