Los migrantes varados en una zona selvática al este de Panamá subieron su exigencia de que los dejen seguir su ruta al norte del continente.
Las autoridades informaron el miércoles que los extranjeros amenazan con realizar actos de violencia en la comunidad de Peñitas, en la provincia de Darién, donde casi 2.000 inmigrantes permanecen confinados en un albergue temporal debido a la pandemia del nuevo coronavirus que ha infectado a un grupo de ellos.
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“Amenazan con quemar la estación de Peñitas y poner en riesgo no sólo su vida sino la de los pueblos aledaños, por lo que no permitiremos que esta situación suceda”, informó el Servicio Nacional de Fronteras de Panamá -la policía fronteriza- cuyo subdirector viajó a esa comunidad para calmar los ánimos.
Los migrantes, incluidos haitianos, cubanos y de naciones africanas y asiáticas, quedaron atrapados en puestos de recepción temporales en Darién por las medidas de contención sanitarias después de cruzar la peligrosa jungla de esa provincia tras ingresar por la frontera con Colombia.
No pueden salir del país porque las fronteras en Costa Rica y Nicaragua siguen cerradas.
Además del creciente malestar de los migrantes, Panamá también está presionada por organismos internacionales de justicia y defensa de los derechos humanos para que proteja la salud y vida de los extranjeros en medio de la pandemia.
Hasta donde se sabe hay 15 migrantes con coronavirus, lo que sugiere una baja respecto de los casos reportados en semanas recientes. No se ha informado de muertes.
Panamá es el país que más contagios y muertes por coronavirus ha reportado hasta ahora en América Central, con más de 4.200 casos activos y 352 fallecimientos hasta el martes.