Una mujer en España estuvo siete meses incapacitada tras someterse a una cirugía de várices, pero durante ese tiempo fue vista caminando, comprando y consumiendo cerveza en bares. Su empresa contrató a un detective privado que la grabó realizando actividades que, según los médicos, eran incompatibles con el reposo y la dieta recomendada. Con esas pruebas en la mano, la compañía decidió despedirla.
La trabajadora no se quedó callada y alegó que no había hecho nada malo, que sus salidas eran normales y que no afectaban su recuperación. Sin embargo, los tribunales validaron el despido, al considerar que lo que hacía no correspondía con la incapacidad que había presentado.
Todo comenzó tras la intervención quirúrgica. A la mujer le prescribieron reposo relativo y una dieta especial para evitar complicaciones posteriores. La recomendación médica era clara: debía mantener cuidados extremos, evitar esfuerzos innecesarios y no consumir bebidas alcohólicas. Sin embargo, con el paso de los meses, la empresa empezó a sospechar porque la baja médica se prolongaba más de lo previsto.
Fue entonces cuando decidieron contratar un detective privado. Durante varios días, el investigador la siguió y documentó con fotos y videos cómo realizaba compras en un centro comercial, caminaba largas distancias y, en más de una ocasión, se detenía en bares para beber cerveza. En uno de los informes incluso se detalló que realizó una auténtica “ruta de cañas”, visitando varios locales en una misma jornada.
La situación generó molestia en la compañía, que interpretó estas conductas como una falta de buena fe y una contradicción con la incapacidad médica. A inicios de diciembre, la mujer recibió la carta de despido, en la que se le notificaba la decisión.
Ella respondió llevando el caso a los tribunales. Sostuvo que en ningún momento incumplió con sus obligaciones, que su recuperación iba bien y que el hecho de salir a caminar o tomar algo no justificaba una sanción tan dura. Aseguró, además, que la empresa estaba exagerando para librarse de ella tras meses sin trabajar.
Pero las pruebas aportadas por el detective resultaron determinantes. Los jueces consideraron que las actividades observadas eran incompatibles con la baja médica. El contraste entre lo que estaba prescrito por los médicos y lo que la trabajadora hacía en la calle terminó por inclinar la balanza. Al final, la Justicia ratificó que el despido era procedente.
El caso despertó debate en España y se hizo viral en redes sociales, pues muchos usuarios opinaron que, aunque la mujer estaba de baja, tenía derecho a salir y hacer su vida sin quedar encerrada en casa. Otros, en cambio, consideraron que lo suyo fue una clara irresponsabilidad y una falta de respeto hacia la empresa que le pagaba el salario durante la incapacidad.
*Esta nota fue redactada con Inteligencia Artificial, con información de El Tiempo de Colombia y revisada por un editor.