La muerte de Bastián López Reyes, de 19 años, el 12 de mayo, marcó el inicio de uno de los funerales más largos que se han registrado en la población de Santa Inés, en la comuna de Conchalí, en Santiago de Chile.

El joven fue baleado en la puerta de su casa, donde le dieron más de diez tiros. Falleció en el lugar y su funeral se prolongó por tres días.

Incluyó cientos de fuegos artificiales y un sinnúmero de ráfagas de tiros al aire, lo que fue difundido por redes sociales, además hubo un cortejo fúnebre que llegó a la cárcel de Chillán, donde ingresó y así su madre se pudo despedir simbólicamente.

Los hechos generaron sorpresa e indignación pública. Tras ello, la Subsecretaría de Prevención del Delito anunció la creación de una serie de pasos a seguir ante funerales de alto riesgo, quitando la denominación de “narcofunerales”, porque quienes los realizan –argumentan– exceden el negocio exclusivamente de las drogas, ya que son bandas criminales de alta peligrosidad que también se dedican a los robos o el contrabando.

Los pasos

Se establecieron cinco etapas. Primero, una unidad de análisis que reacciona ante el hecho. Segundo, esa unidad estudia el contexto de la muerte, el que puede darse en cuatro escenarios, como en la vía pública en un contexto violento, por ejemplo un ajuste de cuentas; en un centro de salud, por lesiones graves; o la muerte no violenta, pero de un sujeto que pueda generar un funeral de este tipo.

En tercer lugar se genera un importante flujo de información, que consiste en el análisis del contexto delictual del difunto, como lazos con otras bandas, contactos en centros penitenciarios, antecedentes en delitos que haya participado con eventuales sospechosos que podrían acudir a despedirlo, etc.

La cuarta etapa consiste en ingresar todo ese flujo de información en una matriz de riesgo que clasificará el nivel de peligrosidad del sepelio en altísimo, alto, medio o bajo.

La quinta etapa es el despliegue del operativo policial, el que incluirá recursos policiales de Carabineros, e incluso apoyo de la PDI en el nivel más alto de riesgo, dependiendo lo que arroje la matriz.

Cerradas las cinco etapas, se emitirá un informe final de evaluación de los hechos y antecedentes reunidos, evaluando si es que permite iniciar alguna investigación a raíz de los datos recabados.

Alto riesgo

A poco más de tres meses de la muerte de López Reyes, un informe de la subsecretaría, que evalúa la eficiencia del protocolo, señala que desde el 15 de mayo, cuando se registró el emblemático funeral en Conchalí, al 15 de agosto se han registrado 135 funerales de alto riesgo en el país, en el que se han desplegado operativos dependiendo del nivel de peligrosidad del difunto y su círculo, y que han concluido con 356 detenidos.