Internacionales

“Otoniel”, narco arrestado en Colombia, buscaba niñas para tener sexo con ellas

El presidente, Iván Duque, comparó su detención con la caída de Pablo Escobar, el gran zar de la cocaína abatido por la policía colombiana en 1993.

EscucharEscuchar

Colombia aún celebra la captura de Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, un campesino que pasó de guerrillero de izquierda a paramilitar de extrema derecha antes de convertirse en el capo del narcotráfico más buscado por ese país y por Estados Unidos.

El presidente colombiano, Iván Duque, dijo del delincuente: “se conocía en la región (donde lo agarraron) por estar buscando niñas de 12, 13, 14 años. Intimidaba familias y las extorsionaba para poder tener la virginidad de sus hijas”.

La captura de “Otoniel” fue anunciada el sábado y Duque la comparó con la caída de Pablo Escobar, abatido por la policía colombiana en 1993.

“Es el golpe más duro que se la ha dado al narcotráfico en este siglo en nuestro país”, afirmó el mandatario.

Imágenes divulgadas por el gobierno muestran al robusto hombre de 50 años esposado y rodeado por militares con armas largas. “Llevábamos siete años detrás de él”, detalló el general Fernando Navarro, comandante de las Fuerzas Militares.

Clan del Golfo

“Otoniel” lideraba el Clan de Golfo, la principal banda criminal de Colombia. No sólo era requerido por las autoridades locales; por información que diera con su paradero o permitiera su captura, Estados Unidos ofrecía hasta $5 millones.

La justicia estadounidense lo señala por liderar una organización “fuertemente armada, extremadamente violenta” y que “usa la violencia y la intimidación” para controlar las rutas del tráfico de droga y laboratorios de procesamiento de cocaína.

Para capturarlo, la policía colombiana hizo “un trabajo satelital importante contra él con agencias de Estados Unidos y del Reino Unido”, explicó el director de la institución, general Jorge Vargas.

Según el Ejército, gracias a un seguimiento aéreo dieron con la ubicación de “Otoniel”, a quien el acoso de la fuerza pública había obligado a adentrarse desde hacía meses en la selva de la región de Urabá (de donde es nativo) y a reemplazar sus teléfonos por correos humanos.

Viajaba únicamente a pie o en mula y nunca dormía dos noches seguidas en el mismo lugar, afirman las autoridades colombianas. Sin embargo, siempre cayó.

“Logramos detectar dónde se iba a mover y llegarle. Se entrega y dice soy ‘Otoniel’ (..) y es capturado”, explicó el general Isaac Hoyos.

En Colombia tenía 128 órdenes de captura por narcotráfico y reclutamiento de menores, entre otros delitos.

“Asesinó a más de 200 miembros de la fuerza pública (...) muchos soldados han sufrido por cuenta de este asesino y sus amigos”, denunció el presidente Duque.

Unos 500 uniformados, respaldados por 22 helicópteros participaron en la operación para agarrarlo.

Un “negocio familiar”

Nacido el 15 de setiembre de 1971 en el municipio de Necoclí, una estratégica zona del noroeste de Colombia muy cercana a la frontera con Panamá, pero también al Pacífico y al Caribe, pasó a encabezar el Clan del Golfo tras la muerte de su hermano Juan de Dios, “Giovanni”, en enfrentamientos con la policía en 2012.

Junto a él montó un aparato criminal con presencia en casi 300 de los 1.102 municipios del país, principalmente en el Pacífico, un lugar estratégico para la salida de cargamentos de droga, según el centro de estudios independiente Indepaz.

“Tiene un portafolio amplio de actividades criminales, entre las que se incluye la minería ilegal y el paso de inmigrantes a Panamá”, explicó a la AFP el experto en seguridad Ariel Ávila.

Según el centro de investigación del crimen organizado InSight Crime, el Clan de Golfo también se dedica a la contratación de bandas callejeras locales para que a su nombre realice actividades de microtráfico, extorsión y sicariato.

“Otoniel”, séptimo de los nueve hijos de Ana Celsa David y Juan de Dios Úsuga, una pareja que dice ganarse la vida con la venta de marranos, gallinas y ganado en el departamento de Antioquia (noroeste), utilizaba tácticas guerrilleras para burlar a la fuerza pública.

El jefe criminal viajaba solo a pie o en mula y nunca dormía dos noches seguidas en el mismo lugar, según señalaron las autoridades colombianas.

En lo últimos días de la persecución, se internó en la selva virgen de la región de Urabá, de donde es oriundo, y se deshizo de sus teléfonos para reemplazarlos por correos humanos.

“Se estaba moviendo con ocho anillos de seguridad”, aseguró Vargas.

A la guerrilla

A los 18 años se unió al Ejército de Liberación Popular (EPL), una guerrilla marxista desmovilizada en 1991. “No era revolucionario, era lo que había y se fue con ellos”, aseguró su madre en una entrevista al periódico El Tiempo en 2015.

Úsuga no hizo parte del proceso de paz que puso fin a 26 años de lucha armada de este grupo rebelde y entre 1993 y 1994 se unió a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), una organización paramilitar de extrema derecha creada para combatir a las guerrillas y con nexos con el narcotráfico.

“Era un campesino no muy ideologizado”, sostuvo Ávila.

La ACCU hizo parte de las Autodefensas Unidas de Colombia, que se desmovilizaron en 2006 a iniciativa del gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010).

Pero, según el analista, “Otoniel” se sintió “defraudado” por el proceso de sometimiento a la justicia y decidió mantenerse en la ilegalidad.

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.