Las historias a veces tienen desenlaces impredecibles y Susan Sztybel, de 67 años y oriunda de la localidad inglesa de Stourport-on-Severn, puede dar testimonio de ello.
La mujer sufrió un pequeño corte en su pie derecho cuando se le cayó una copa de vino en la cocina y ese percance le cambió la vida por completo.
Una noche de viernes, Sztybel abrió el armario de su cocina para sacar dos copas de vino, para ella y su pareja, David Farmer, de 69 años, cuando una de estas se cayó de sus manos y se rompió en el suelo. Un fragmento de los vidrios que saltaron le produjo un corte de unos centímetros cerca del tobillo, por lo que se puso una curita sobre el rasguño y se fue a dormir sin darle mayor importancia.
“Solo iba a tomar una copa de vino con mi pareja para celebrar que llegaba el fin de semana. Fue una copa de vino la que se rompió. Mi pareja limpió los vidrios y yo me limpié el corte de una pulgada en el pie, me puse una curita y no le di más importancia”, relató la mujer al diario británico The Sun.
Sin embargo, 24 horas después, Susan comenzó a tener fiebre y la herida empezó a sangrar y le salía pus, por lo que acudió al hospital para que la revisaran. “Continué con mi turno de trabajo como cuidadora interna. Ya en ese momento sabía que algo le pasaba a mi tobillo porque me dolía un poco. Pensé que solo tenía un virus y jamás imaginé que tenía algo que ver con el corte”, aseguró.
Los médicos del hospital revisaron su pierna, vieron que estaba infectada y le encontraron una bacteria que, literalmente, le comía la carne. La infección ya se había extendido por el lado derecho hasta la ingle, por lo que los profesionales le dijeron que sus probabilidades de supervivencia eran bajas.
“Salía mucha sangre y pus. Sentía que el pie me palpitaba. En 48 horas la infección ya se había extendido por mi pierna y fue entonces cuando los médicos dijeron que tendrían que operarme y que no sabían si iba a sobrevivir. Lo único que les decía era: ‘Por favor, sálvenme’, no me importaba si perdía la pierna”, relató la mujer.
Posteriormente, se sometió a cirugías para eliminar la bacteria y fue conectada a una máquina de vacío para extraer la infección de su piel. “Tuve que estar acostada con la pierna más alta que el corazón durante 23 horas al día y solo me permitían sentarme para comer”, afirmó
Después de más de un mes en el hospital, Susan fue trasladada al Hospital Queen Elizabeth en Birmingham, donde se sometió a una cirugía plástica para la reconstrucción de su tobillo, ya que había perdido mucha masa muscular por el ataque de la bacteria.
LEA MÁS: Realizan con éxito el primer trasplante de vejiga del mundo
“Dicen que ves las puertas del cielo y yo vi esas puertas. Tenía alucinaciones. Era una bacteria come carne que estaba arrasando mi piel y mi pierna, y yo luchaba por mantenerme con vida”, recordó Susan y agregó que si bien su pie puede que nunca vuelva a tener el mismo aspecto, los médicos le aseguraron que no sufrirá secuelas a largo plazo por la infección.
A partir de su experiencia, la mujer, que tiene ocho nietos, busca dar a conocer su testimonio para que las personas se hagan ver cualquier corte de inmediato si creen que puede estar infectado. “Un pequeño corte de apenas unos centímetros, que parecía limpio y solo necesitaba una curita, se convirtió en algo enorme”, se lamentó.
LEA MÁS: Conoció a un hombre por Internet y viajó a otro país para verlo, pero todo terminó de la peor manera
“Yo les diría a las personas que actúen de inmediato. Yo no lo hice porque al principio no pensé que fuera nada de qué preocuparse. Si esto evita que otras personas pasen por lo que yo pasé y les salva sus extremidades o sus vidas, habrá valido la pena”, concluyó.