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Trump se fue en todas y metió la pata en un tradicional rito japonés

El mandatario se encuentra de visita en ese país asiático

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Puede ser que el mundo esté al borde de una crisis nuclear, pero eso no impide al presidente Donald Trump, de gira en Japón, jugar al golf con su anfitrión, comer hamburguesas con ketchup o acelerar la tradicional ceremonia de alimentar peces japoneses.

Era un momento relajado, justo antes de la comida en el palacio de Akasaka en Tokio, donde se hospedan los visitantes del Estado.

En ese lugar se celebra un ritual que consiste en alimentar los peces llamados carpas koi, lanzando la comida desde un pequeño balcón de madera.

Aunque era una actividad que no debió pasar de ahí, la imagen de Donald Trump tirando de una sola vez una gran cantidad de comida a estos peces, como si tuviera ganas de irse rápido, fue objeto de burla en las redes sociales.

En un primer momento, el presidente estadounidense y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, utilizaron una cucharitas para echar pequeñas cantidades de comida.

Pero luego, Trump vació de golpe toda la caja de comida, bajo la mirada divertida de su secretario de Estado, Rex Tillerson.

Aunque en realidad lo que hizo fue imitar a Abe, quien había sacudido ligeramente la caja para vaciarla, pero sin girarla totalmente.

Este gesto causó revuelo en redes sociales y muchos internautas dijeron que no era sano que los peces recibieran tanta comida.

“Trump no consigue ni siquiera alimentar a los peces correctamente”, comentaba irónicamente un internauta.

¿A quién le importa el déficit comercial de Estados Unidos respecto a Japón? La cifra más esperada del día era el resultado del juego de golf entre los dos dirigentes.

Trump y Abe no tardaron mucho en poner en práctica una de sus aficiones favoritas y, poco después de la llegada del mandatario estadounidense, ya estaban en el pasto.

“El juego estuvo reñido, desde mi punto de vista”, afirmó Abe, comentando el partido.

Pero, ¿qué pasó en realidad? “Espero que el señor Trump brinde su opinión”, dijo durante una rueda de prensa.

Sin embargo, Trump no dijo nada.

Un portavoz de la Casa Blanca había comentado, poco antes, que nadie había contado los puntos.

Los servicios japoneses de protocolo no quisieron al parecer que Trump se sintiera fuera de su ambiente así que en el restaurante del club de golf se sirvieron hamburguesas al más puro estilo norteamericano.

No faltó ningún detalle. Incluso hubo ketchup, la salsa preferida de Trump.

La cena fue no obstante totalmente japonesa, en un restaurante de lujo en el distinguido barrio de Ginza. Carne asada en una plancha caliente en la misma mesa, con mariscos de las aguas de Hokkaido, la isla septentrional de Japón, por donde sobrevolaron recientemente dos misiles norcoreanos.

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