¿Qué tan altas pueden ser las probabilidades de cometer un atroz crimen y, en vez de ser descubierto por las autoridades, ser atrapado por usuarios de Twitter desde la comodidad de su casa?
Pues en el asesinato de un hombre en Madrid este fue, quizás, el acto que hizo la diferencia entre la justicia y la impunidad.
Twitter demostró ser mucho más que una red social para debatir, compartir momentos íntimos con los usuarios e interactuar con los millones de internautas que navegan por Internet. Ahora, más que nunca, se ha convertido en el aliado infalible de las autoridades para descifrar hasta los más enigmáticos crímenes.
Y para muestra está el caso de Freddy Mauricio Palacio Espinosa, un colombiano de 55 años, que trabajaba como agente inmobiliario en la capital del país español cuando fue brutalmente asesinado durante un intento de robo en su casa a finales de noviembre de 2021.
Pese a que las autoridades españolas iniciaron una investigación, todas las pistas llevaban a un laberinto sin salida que solo pudo ser resuelto gracias a la astucia, el compromiso y la dedicación de la comunidad ciudadana que, sorprendentemente, llevó a la captura de nueve presuntos implicados en el crimen.
¿Cómo llegó la justicia de la mano de ciudadanos sin poco, o más bien, ningún conocimiento en la resolución de crímenes? Una etiqueta naranja pudo haber sido la respuesta.
El crimen de la etiqueta
Semidesnudo, amordazado con cinta, maniatado y con claras marcas de violencia, Palacio fue hallado muerto por agentes de la Policía Nacional de Madrid al interior de su vivienda, situada en la calle de Sierra Toledana, en el distrito de Puente de Vallecas.
Según las autoridades españolas, el fatídico descubrimiento se dio el 28 de noviembre de 2021 cuando, alarmados y preocupados por la seguridad de Freddy, sus familiares y allegados contactaron a la Policía en busca de respuestas, pero lo que hallaron fue un cadáver, rastros de un macabro crimen y un sinfín de enigmas por resolver.
Además del cadáver de Freddy, brutalmente torturado hasta morir, la Policía comprobó que solamente una de las estancias de la casa se encontraba revuelta y con signos de fuerza: el dormitorio de la víctima donde, curiosamente, guardaba una caja fuerte.
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Al parecer, una caja de seguridad con objetos de valor en el interior, habría sido el desconcertante motivo que habría llevado a su asesinato y tortura por, aproximadamente, una hora y media en la que lo golpearon, interrogaron y ataron las muñecas.
“Cuando se dieron cuenta de que no iban a obtener la información que habían ido a buscar, la combinación de la caja fuerte, le taparon la boca con cinta americana y desanclaron la caja con unos cuchillos que hallaron en la cocina de la víctima”, relató el periódico español El País respecto al asesinato que conmocionó a los habitantes madrileños.
De acuerdo con la autopsia, un paro cardiorrespiratorio, ocasionado por las lesiones sufridas, habría sido la causa de su traumático fallecimiento. Con el hombre muerto, era la casa la que tenía que hablar por él. Y sí que lo hizo.
Resuelto por Twitter
Los homicidas escaparon, no sin antes dejar a su paso una pista crucial que, meses después, llevaría a esclarecer el asesinato, con ayuda de la comunidad de Twitter: se trataba, nada más y nada menos, que de una etiqueta color naranja que fue descubierta por las autoridades tras la primera inspección ocular en el domicilio de la víctima, junto con otros objetos de interés.
“Encontraron objetos de interés, como restos de correas iguales a las que habían empleado para maniatarle, cinta americana, una caja de guantes de látex en la que faltaban cuatro pares”, detallaron fuentes policiales, de acuerdo con el periódico español El País.
Sin embargo, la etiqueta fue el hilo del que los investigadores tiraron para hallar a los presuntos responsables. Con nada más que un rótulo naranja en el que se leía Súper Bazar, pistas que llevaban a laberintos sin salida y una gran responsabilidad a sus espaldas, los agentes decidieron recurrir a un arma que les resultó infalible, la colaboración ciudadana.
“¿Sabes de qué comercio de la Comunidad de Madrid puede ser esta etiqueta? Esta información podría ser clave en la investigación de un delito grave”, fue la pregunta que lanzaron las autoridades a los internautas en Twitter el 2 de diciembre de 2021.
Resultó que, gracias a los esfuerzos de la comunidad madrileña que envió decenas de correos a las autoridades, esa misma tarde los agentes encontraron el lugar, un establecimiento en el municipio madrileño de Parla, en donde los supuestos autores del asesinato habrían comprado indumentaria para llevar a cabo sus macabros planes.
Hasta el momento, la autoría del crimen se atribuye al primo de Freddy y a su pareja, quienes habrían contratado a siete personas más para orquestar el macabro y audaz plan de robo. “Se les fue de las manos, solo querían pegarle para robar, pero acabaron matándolo”, explicaron fuentes policiales. Siete hombres y dos mujeres que ya se encuentran en prisión por el crimen y tendrán que responder ante la justicia por los delitos de secuestro, robo con violencia y homicidio.