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Un mundo diseñado por y para los hombres pone en peligro a las mujeres

Muchos experimentos se hacen pensando, por ejemplo, en el cuerpo masculino

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En un mundo pensado para los hombres, las mujeres sufren más ataques cardíacos mal diagnosticados y lesiones graves en accidentes de tránsito, denuncia la feminista argentino-británica Caroline Criado Pérez mostrando cómo la “brecha de género” se extiende incluso al “tratamiento de datos”.

En su libro "Invisible Women" (mujeres invisibles) publicado el jueves en Reino Unido, esta activista de padre argentino y madre británica presenta una lista de complicaciones para las mujeres derivadas de la costumbre de considerar al hombre como modelo para la elaboración de innumerables "normas sociales".

Criado Pérez busca así demostrar hasta qué punto los prejuicios sexistas presentes en la sociedad “deforman los datos pretendidamente objetivos que rigen nuestras vidas”.

"La vida de los hombres se considera representativa de la del conjunto de la humanidad", afirma la autora, asegurando que "la gran mayoría" de los datos catalogados en la historia sufren una carencia significativa de información relativa a las mujeres.

Dice así haber descubierto que los médicos tienen más tendencia a cometer errores de diagnóstico en los casos de mujeres que sufren ataques al corazón, porque sus síntomas -dolor de estómago, dificultades para respirar, náuseas, cansancio- son diferentes a los de los hombres y clasificados como "atípicos".

"Me costaba creerlo", afirmó en una entrevista reciente al diario británico Sunday Times. "Se supone que la ciencia es objetiva", denunciaba.

Muestra también en su libro como los sistemas de seguridad de la mayoría de automóviles se conciben utilizando maniquíes de colisión basados en la morfología masculina, lo que contribuye a que las mujeres tengan un 47% más de riesgo de resultar gravemente heridas en un accidente.

Las mujeres socorristas, por su parte, reciben a menudo material de protección basado en la talla y las características físicas de los hombres, lo que también tiene consecuencias potencialmente mortales.

El sector de las nuevas tecnologías tampoco queda al margen. Criado Pérez toma como ejemplo las aplicaciones de reconocimiento vocal, más proclives a reconocer con precisión la voz de los hombres, o los teléfonos móviles, a menudo demasiado grandes para las manos de muchas mujeres.

“Los diseñadores creen tal vez que fabrican productos para todo el mundo, pero en realidad lo hacen sobre todo para los hombres”, lamenta esta periodista militante, afirmando que “ha llegado la hora de empezar a pensar el diseño para las mujeres”.

En opinión de Sarah Hawkes, directora del Centro para la Salud Global y de Género del University College de Londres, especializado en el estudio de las desigualdades, la argentino-británica ha puesto el dedo en una llaga de dimensiones históricas.

"Desde hace unos 2.000 años, el defecto de la medicina es estar orientada hacia los hombres", dice a la AFP.

"La información es poder. Todos necesitamos saber cómo funcionan los sistemas si queremos un cambio", afirma por su parte la abogada Helena Kennedy, una influyente militante por los derechos de las mujeres en Reino Unido.

Y el cambio pasa, defiende Criado Pérez, por una mayor participación femenina: “cuando las mujeres participan en la toma de decisiones, en la investigación, en la producción de conocimiento, no se las olvida”.

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