Una visita obligatoria al viajar a Roma es ir a la basílica de San Pedro, en el Vaticano, pero en este 2025 esa experiencia es aún más destacada que en otros momentos, pues permite cruzar la llamada Puerta Santa en la iglesia más importante del mundo, una acción que se realiza debido a que estamos en un año de Jubileo.
Además de ser una tradición religiosa tan arraigada, cruzarla también es un momento cargado de historia y emoción, incluso para los que no son creyentes, pues es algo que se ha hecho por más de 500 años.
Esta puerta normalmente está cerrada y sellada, solo se abre en los años santos, como este por ser el Jubileo Ordinario. Su apertura es un acto solemne, que marca el inicio del año jubilar y en esta ocasión el encargado de hacerlo fue el papa Francisco, el 24 de diciembre del año pasado. Para los católicos, cruzarla simboliza el paso a una vida renovada por el perdón de Dios.
Por eso en La Teja no podríamos irnos de Roma sin ser parte de esta tradición religiosa e histórica.
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Por estos días para entrar a la basílica hay que hacer buena fila, pues se unen los turistas, los que vinieron a ver al papa León XIV y los que se organizaron en grandes grupos para ser parte del Jubileo.
Pero hasta hacer fila termina siendo bonito porque conforme uno se va a acercando, logra ver los detalles de una iglesia que es impresionante. Al llegar, uno siente pequeño ante la majestuosidad de la basílica.
Pero antes de llegar a la Puerta Santa, uno ingresa a la iglesia por otro acceso y al entrar es un gran impacto, pues realmente es una estructura que impresiona a cualquiera, todo es enorme y hermoso, uno no sabe ni para dónde volver a ver de tanta cosa linda. Se camina por la nave central, hasta llegar al altar mayor que está sobre la tumba de San Pedro.
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Ver todo se lleva rato porque, insisto, es enorme. Luego hay que regresar como para salir y volver a entrar, esta vez por la Puerta Santa. Ahí nos unimos a las miles de personas que lo han hecho estos meses, pero además a las millones que lo hicieron durante años, por allí han pasado desde peregrinos medievales hasta los modernos.
Como si no fuera suficiente, por la experiencia religiosa para los creyentes y la cultural para los demás, apenas uno entra y vuelve a ver a la derecha, se encuentra la Piedad de Miguel Ángel, es una de las esculturas más hermosas del mundo, al verla, es difícil quitar la mirada.
Además, poco después está la tumba del papa Juan Pablo II, otro momento de reflexión que reúne a muchas personas que quieren “saludarlo”.
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Antes de irse, y como si no fuera suficiente todo lo que se vio, podemos bajar a las grutas donde hay varios papas enterrados y ver la tumba de San Pedro.
Si anda en Roma este año, o tiene planes de hacerlo, anote sí o sí esa visita en su agenda, de lo contrario le tocará esperarse 25 años.
¿Qué es el año del Jubileo? |
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Este 2025 es un Año Jubilar en la Iglesia católica, también conocido como Año Santo. Se celebra cada 25 años y es un tiempo especial de gracia, perdón y renovación espiritual para los fieles. Fue instituido por el Papa Bonifacio VIII en el año 1300. Durante un Año Jubilar, los peregrinos que visitan lugares santos, como Roma, pueden obtener la indulgencia plenaria, es decir, el perdón total de sus pecados bajo ciertas condiciones espirituales (cruzar la Puerta Santa, confesión, comunión y oración por el papa). El Papa Francisco ha elegido como lema del Jubileo 2025: “Peregrinos de esperanza”, invitando a los católicos del mundo a renovar su fe y mirar al futuro con esperanza, especialmente tras los desafíos recientes como la pandemia y los conflictos globales. |