Mientras un avión, que volaba desde Londres a Varsovia, en Polonia, realizaba un aterrizaje para cargar combustible, a una mujer le dieron ganas de usar el baño. Como la tripulación le indicó que no podía, ni lenta ni perezosa, decidió que el suelo del pasillo era el mejor lugar para orinar.
A la pasajera del vuelo de la compañía húngara de vuelos, a bajo precio, Wizz Air, poco le importaron las indicaciones que afirmaban que, por el momento, no estaba permitido usar el servicio y ante la poca capacidad para aguantar, se bajó los pantalones y comenzó a orinar.
La mujer colocó tamaño poco de papel higiénico en el suelo y orinó, mientras los demás pasajeros la veían. Incluso, para hacer más grande el descaro, cuando orinaba también hablaba por teléfono.
La compañía explicó al diario británico Metro, que la mujer ignoró las instrucciones de la tripulación, esto debido a que el avión realizaba maniobras de aterrizaje para cargar combustible.
Tal y como lo exige el reglamento, la tripulación llamó a la Policía, aunque no se sabe qué pasó con la mujer, luego de que los agentes llegaran al lugar.