Desde hace 13 años un nieto es acompañado en su carro por el alma de su abuelita fallecida. Él siente su presencia y hasta le habla siempre que anda solo, porque cuando se monta alguien, ella no se manifiesta.
El caso lo vive un cartaginés de la pura cepa, quien prefirió no dar el nombre para la nota, nosotros sí lo tenemos bien apuntado para confirmar que esta historia no es un cuento chino. Lo vamos a llamar Moisés.
Todo comenzó hace 13 años, cuando Moisés se compró su primer carro, un Hyundai Elantra de 1992. Los primeros siete meses todo fue normal, el brumoso iba y venía solo en su carrito y no pasaba nada; sin embargo, al entrar el octavo mes todo cambió.
“Es difícil de explicar, pero comencé a sentir algo, una presencia extraña en mi carro. Me sentía acompañado, yo comencé a experimentar esa sensación de que no iba solo en el carro. No era algo negativo lo que sentía en mi pecho, más bien era como paz, tranquilidad, me sentía como acompañado. Estaba convencido que alguien, en el asiento de atrás, del lado del acompañante, iba conmigo, me acompañaba”, recordó Moisés.
No eran los carros
Poco tiempo después vendió el Hyundai y se compró un Honda Accord modelo 1995. A la hora de hacer el cambio Moisés ni siquiera pensó en lo que sentía en el Hyundai, solo cambió su carrito porque le apareció una buena oferta.
“Me pasó lo mismo con el Honda, al inicio no sentí nada, incluso llegué a pensar que todo se había acabado, pero a los pocos meses volvió la sensación de paz, de acompañamiento, de que alguien de confianza andaba conmigo y solo la sentía, como con el Hyundai, cuando andaba solo, cuando alguien se montaba conmigo nunca sentía nada”.
Moisés recuerda que nunca se asustó o le dieron escalofríos por lo que sentía. Se sentía acompañado solamente. Nunca vivió algo como que se despertara un olor particular como a flores o a muerto, nada.
Un par de años más adelante, a Moisés le salió un negocio muy bueno y cambió el Honda por un Hyundai Galloper de dos puertas modelo 2002. Era el tercer carro en su vida, todos con dueños anteriores.
“Con el Galloper me terminé de convencer de que el asunto no era con los carros, era conmigo. La marca del carro, el modelo y el año no tenían nada que ver, porque el Galloper era 2002 y pasó exactamente igual que con los dos anteriores: unos meses sin sentir nada y de un día para otro, manejando solo, volvió la compañía.
“Ya con ese tercer carro me sentí diferente, estaba convencido de que regresaría la sensación, porque también sentía que si alguien me acompañaba era por algo, incluso llegué a pensar que era para protegerme de algo.
“No tenía hora específica, la sensación de compañía era de noche o de día. Como por mi trabajo salgo de madrugada, ahí va conmigo, siento yo, protegiéndome”, recordó Moisés.
Y llegó el cuarto carro, un Daihatsu Cirium y lo mismo pasó, incluso, todo se mantuvo igual cuando se fue ese Daihatsu y llegó un carro nuevo de paquete, un Changan. Hablamos ya de cinco carros, incluido uno del año sacado de agencia.
Fue con el quinto carro que Moisés contactó a la vidente Vanessa Alvarado, conocida por nosotros, ya que es parte del equipo de investigadores de Investigación Paranormal CR. Él le contó a Vanessa su experiencia y ella le pidió un tiempo para analizar la situación.
Se manifestó la abuela
“No se me olvida que después de que Moisés me habló de su historia, un día andaba haciendo unas vueltas personales en los Tribunales de Alajuela, me senté en una banca y sentí que alguien se sentó a la par; para mí es normal como vidente esas sensaciones, estoy acostumbrada porque las entidades saben que soy vidente y tratan de acercarse para comunicar algo, es normal.
“Sin embargo, terminando de sentir la presencia se me vino a la mente Moisés, eso me extrañó y rápido asocié que quien se me sentó a la par tenía que ver con él. Ese día cuando llegué a la casa seguía la sensación de la presencia y entonces me senté con una hoja y un lápiz a dibujar. Yo sabía que el dibujo que haría era para Moisés”, explicó Vanessa.
Al terminar el dibujo la vidente se comunicó con Moisés y le dijo que se lo iba a enviar a ver si conocía esa persona y cuando él recibió el dibujo, de inmediato se puso a llorar porque era casi exacto a su abuelita paterna, quien falleció hace 13 años.
“Me llevaba demasiado bien con mi abuelita paterna, ella me cocinaba, me daba almuerzo a cualquier hora, era un cariño especial el que nos teníamos. Claro, por eso jamás sentí temor, por eso sentía paz, por eso me sentía superacompañado siempre, es ella quien me cuida”, comenta Moisés.
Moisés le agradeció a Vanessa por aclararle la gran duda que tenía desde hace 13 años, pero nada más, porque no ha hecho ni hará nada para que desaparezca, por el contrario, Moisés está feliz de tener y sentir el alma de su abuelita en el carro, sabe que lo acompaña y le alegra porque pase lo que pase, sea el carro que sea, ella siempre estará.
“Ah no, ahora que ya sé que es ella hasta le hablo. Siempre que la siento la saludo, ‘buenos días, abuela, gracias por cuidarme’, es lo que le digo. Me siento muy acompañado y no quiero que se vaya nunca”, confirma.