El aguacate Hass que se cultiva en Dota, Tarrazú y León Cortés podría llegar hasta la mesa de los italianos en los próximos meses.

La Cooperativa Agrícola Industrial de Productores de Frutas de Coopey (FRUTALCOOP) envió las primeras muestras a ese mercado en Europa.

El envío de 40 kilos del aguacate tico con tamaños entre los 150 y 240 gramos fue realizado a finales de agosto y en este momento va de camino y se espera que llegue a Italia a mediados de setiembre.

Durante este trayecto, la cooperativa -de la mano con Nicoverde- empresa exportadora, analizarán el comportamiento de la fruta, la cual fue cortada con tallo para una maduración más lenta, se lavó y se le aplicó cera orgánica para una mejor protección.

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Proceso de siembra

Tras la siembra de los árboles de aguacate, los cuidados necesitan mucha dedicación. Luego de tres años inicia su producción; sin embargo, el pico más alto se da a partir del quinto año.

Daniel Ureña Zumbado, ingeniero agrónomo y agricultor asegura que la aspiración de los asociados de FRUTALCOOP, es que el aguacate de Los Santos sea reconocido por su calidad a nivel mundial así como lo es el café.

“Las condiciones agro climatológicas favorecen el cultivo, asimismo tenemos dos cosechas al año, lo que nos hace llenar las necesidades del mercado”, asegura el agricultor con 34 años de experiencia en el cultivo.

La cooperativa ubicada en Copey de Dota con un total de 61 asociados trabaja para obtener la certificación Global Gab, necesaria para exportar, además de adquirir la marca Esencial Costa Rica, entre otras.

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Nuevo envío

A finales de setiembre, se espera que la Cooperativa de Productores Agrícolas de Servicios Múltiples de la Zona de Los Santos (APACOOP) también haga un envío de seis cajas e inicie el proceso de evaluación para entrar al mercado italiano.

Desde hace dos años, los agricultores de FRUTALCOOP R.L., se capacitan de la mano del Instituto Nacional de Fomento Cooperativo (INFOCOOP), la Alianza Mesoamericana para la Biodiversidad, Nicoverde y la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) en buenas prácticas agrícolas para evitar el uso de pesticidas de etiqueta roja.

El uso de bioinsumos, productos responsables de sustituir el uso de fungicidas, insecticidas y nematicidas de origen sintético ha sido el camino a seguir pues el propósito es cumplir con las exigencias del consumidor europeo.