“Con razón no pude ganarte. Ya me di cuenta de todo. No le pude ganar porque realmente estaba jugando contra dos personas y eso no se vale”.
Con una amigable sonrisa, el ajedrecista Felipe Fernández le recriminaba, en todo divertido y señalándole un rosario, a María Elena Rodríguez el porqué una partida que él tenía ganada, terminó empatada, durante el Torneo Metropolitano de diciembre del año pasado.
María Elena, quien es la actual campeona nacional de la modalidad Blitz e integra la selección nacional femenina de ajedrez, sencillamente no puede jugar contra ningún rival si no tiene a la par el rosario que le regaló su mamá.
“Todo comenzó cuando hice un retiro a los 17 años, de hecho cumplí años en ese retiro, entonces una amiga (Ana Carolina Vega) me regaló un rosario y comencé a llevarlo a mis partidas de ajedrez. Pero en el 2012, cuando fui como seleccionada nacional a la Olimpiada Mundial de Ajedrez en Turquía, lo perdí, nunca supe cómo, pero se me perdió.
“Mi mamá (doña María Elena Arrieta) al tiempito me regaló uno que tiene la figura del papa Juan Pablo II, está en una cajita que cuando abro huele a incienso. Ese es el que uso siempre, el que llevo a todos lados siempre”, explica esta oriunda de Naranjo, quien nació el 8 de diciembre de 1990 y que en el 2007 ganó su primera medalla en Juegos Deportivos Nacionales, fue una de plata en la categoría Infantil Individual Femenina.
Además, en 2010 logró el primer lugar en los Juegos Universitarios Centroamericanos que se hicieron en Honduras, en la categoría Individual.
- ¿El rosario es su amuleto de la suerte?
“No. El rosario me da paz, me calma los nervios. No siento que me ayude a ganar, es más bien que me relaja, hace que todo se me olvide y me acuerde de la paz de Dios, del amor de la Virgen María”.
- ¿Solo en el país la acompaña?
"Jamás. Si no tengo mi rosario a la par me siento intranquila. Cuando lo he olvidado, que es casi nunca, mejor no le pongo mucha cabeza y me pongo a rezar porque me pongo nerviosa. Ha estado conmigo en torneos disputados en España, Colombia, Ecuador, Cuba y por toda Centroamérica. Este rosario me salió bien viajero”.
Herencia de sus papás
Es una católica de raíces profundas, reconoce en sus papás, doña María y don Marvin Rodríguez, las personas que la educaron en la fe. Es la menor de cuatro hermanos, por encima están José Allan, Marco y Marvin, todos con una gran fe.
“Cuando juego ajedrez el rosario me ayuda mucho para estar tranquila. Por ejemplo, cuando hay una partida muy difícil que voy ganando, me da la serenidad para mantenerme concentrada y sostener la ventaja hasta el final y así ganar. Uno como que se emociona demasiado cuando va con ventaja en la partida y esa emoción muchas veces provoca errores que terminan por arruinarle el juego, el rosario me mantiene con paz y me da concentración”, acepta la seleccionada nacional.