Nacional

Alajuelita cumple 200 años de honrar al Cristo Negro

En enero de 1818 se celebró por primera vez la fiesta del patrono de ese cantón josefino

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Mucho tiempo antes de convertirse en cantón, 81 años para ser exactos, Alajuelita ya estaba en el radar de los habitantes de San José y de otras zonas del país gracias a la devoción de ese pueblo por el Santo Cristo de Esquipulas.

Fue en enero de 1818 cuando se celebró por primera vez la fiesta del Negrito, gracias a don Ascensión y Joaquín Mora, Cruz Echeverría y Ascensión Ávila quienes mandaron a hacer la primera imagen del Santo Cristo para pasearla durante las procesiones en su honor.

"Dicha imagen permanecía en la iglesia a cargo del padre Enrique Kern, un sacerdote de origen alemán, quien realizó muchas mejoras en el templo, como la colocación de los altares actuales, pero al que algunos mal pensados achacaron que se estaba robando la plata, lo que lo molestó mucho y por eso se llevó la imagen con él", recordó don Víctor Monge, periodista alajueliteño que se ha preocupado siempre por rescatar las tradiciones del cantón josefino.

Cuando se dieron cuenta que el cura no se había robado nada, para enmendar la torta, hicieron una actividad para honrarlo, pero el padre siempre se quedó con la imagen en custodia hasta que murió, pero dejó dicho que se la devolvieran a Alajuelita.

Hasta ahora esa imagen del Negrito ha sido cuidada por la Arquidiócesis de San José, que este 2018, en honor a los 200 años de la celebración, la regresará a sus dueños originales para su custodia.

Lo que inició hace dos siglos fue creciendo con el paso del tiempo. En 1835 se comienza a construir la primera iglesia y en 1845 se levantó la primera parroquia bajo la advocación del Santo Cristo de Esquipulas.

Para 1884 llega la imagen que actualmente está colocada en el altar de la iglesia alajueliteña, procedente de Guatemala. En 1906 terminó la construcción del actual templo, que un año después es denominado santuario por orden del papa Pío X.

Actividades 
Domingo 14. 7:30 a.m. Caminata matutina a la Cruz de Alajuelita, sale de la casa pastoral del Llano. 11 a.m. procesión con la imagen del Santo Cristo peregrino. 12 p.m. I Festival Nacional de Folclore “Unidos por devoción al Negrito de Esquipulas” . 7 p.m. Misa con los sacerdotes hijos de Alajuelita y al terminar arranca la procesión de las “medidas” con la imagen del Cristo peregrino. 9 p.m. serenata con mariachis.
Lunes 15. 9:45 a.m. Recepción de la antiquísima imagen del Santo Cristo de Esquipulas. 10 a.m. Misa presidida por el arzobispo de San José, monseñor José Rafael Quirós, y procesión con la Imagen del Cristo Negro que se venera en el altar mayor.

La peregrinación que se hace año a año desde la catedral metropolitana en San José hasta Alajuelita es un poco más reciente, ya que se inició en 1944 por iniciativa de monseñor Víctor Manuel Sanabria.

En el 2005, monseñor Hugo Barrantes, mandó a hacer una imagen idéntica a la que se venera en Esquipulas de Guatemala, a la que llamó "imagen peregrina", ya que es la que se utiliza para visitar diversas comunidades del país.

A pie, a caballo, en bus o en carro, miles de personas se desplazan cada 15 de enero a Alajuelita para agradecer los milagros que el Cristo Negro les ha concedido a ellos o algún miembro de su familia. Así ha sido por 200 años y la cuenta sigue ya que la tradición cada día se vuelve más fuerte.

Don Wílmer Córdoba recuerda como en su infancia, tanto él como su familia, no se perdían por nada del mundo una fiesta alajueliteña. Para ese entonces eran vecinos de Hatillo.

"Mis años de infancia y adolescencia los recuerdo como los mejores. Mis padres me llevaban caminando y había que regresarse igual, porque los pocos buses que había, iban llenos, la gente se subía hasta por las ventanas con tal de regresarse. Era allá por 1952 o 1953, cuando tenía como siete años. Incluso, una vez mi hermano Amado (q.d.D.g) se perdió como de cuatro años y se pegaba unas lloradas... la gente lo llamaba para que se comiera un gallito mientras aparecían mis padres, avanzaba otro poco y volvía a llorar y otro gallito para tranquilizarlo, hasta que lo llevaron a la Cruz Roja y ahí lo encontramos", contó don Wilmer.

Tampoco olvida que todo mundo llegaba con las bolsas de comida, donde no podían faltar los huevitos duros, frijoles molidos, arroz y ensaladita para comerse el almuerzo debajo de los árboles de guayaba que había en el parque de la tierra del chinchiví.

"Ya más grande me iba con mis amigos a jugar un partidillo de jupas en Aljauelita. A las cuatro o cinco de la tarde era tremendo eso para regresarse en bus. La fiesta eran todos los domingos de enero, un fiestón. También recuerdo los potreros por los que bajábamos al río Tiribí, al que ahora no se puede bajar porque está susísimo. Vendían cañas, naranjas, de todo en esas fiestas", recordó el josefino.

La devoción al Santo Cristo de Esquipulas (palabra que significa lugar de rosas) fue traída por los padres franciscanos a Costa Rica, primero la instauraron en Santa Cruz, Guanacaste y luego la llevaron a Alajuelita, donde se estableció como su morada.

El territorio de Alajuelita estuvo ocupado por los indígenas huetares allá por los años 1650, pero la referencia histórica más antigua data del 29 de enero de 1767 cuando Francisco Cascantes y María Herrera le venden media caballería a José Miguel Cervantes en "La Lajuela", como se le denominada en un principio.

El nombre evolucionó desde que aparece en los protocolos de San José, en los años de 1799 y 1800, como Lajuelita, ya que a partir de 1806 se le conoce como Alajuelita, pero fue hasta el 27 de junio de 1909 que se fundó como cantón.

"Alajuelita siempre se caracterizó por sus muchos ríos y nacientes. Muchas de las primeras familias se fueron estableciendo, como los Mora, Chinchilla, Rojas y Retana, quienes siempre se dedicaron a la agricultura y la ganadería", comentó don Víctor.

Características que se mantuvieron aún hasta los años 80', en el centro del cantón y que ahora solo se conservan en San Josecito y San Antonio.

"Alajuelita se transformó de un pueblo rural, a uno dormitorio, con pocas fuentes de empleo y al que vino mucha gente de afuera que no tiene la identidad alajueliteña. Había muchos salones y las mejores orquestas venían a tocar en ellos. Las fiestas de Alajuelita eran las más populares de San José, la gente se chaneaba y venían a buscar novia. Aún hasta los años 70' se consideraba la zona rosa de San José", agregó Monge.

Según recuerdan varios alajueliteños, todo empezó a cambiar durante la primera administración de Óscar Arias (1986-1990), quien creó el proyecto de vivienda en la finca La Verbena (hoy Tejarcillos), lugar donde estaba la principal fuente de empleo del cantón por muchísimos años, gracias a la producción de café y lechería. Al lugar trajeron familias de otras partes del país que no tenían el mismo cariño por el lugar.

Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

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