“Hago la romería desde que solo eran unas cuantas vuelticas alrededor de la iglesia. Hace como diez años comenzamos la caminata desde San José y no fallo, yo a mi Negrito no le fallo”.

Doña Teresa Chavarría tiene 69 años, nació en Hatillo centro y a los 8 años se la llevaron a vivir a Alajuelita y de inmediato se enamoró del Santo Cristo de Esquipulas.

“Tengo 61 años de devoción y soy muy feliz porque el Cristo de Esquipulas nunca me ha fallado, siempre que le pido con fe me cumple”, explica esta devota mientras sube la cuestota que divide Hatillo de Alajuelita.

“Este año es especial, hice la romería para dedicársela a un nieto que hace pocos días fue operado de un pie, para que se recupere pronto. También la hice por la salud de toda mi familia. Hago esta caminata con demasiada devoción”, explica mientras sostiene con mucho orgullo una imagen del Negrito.

“Es una imagen que quiero demasiado porque me la trajo una nieta de Guatemala, justo de donde se hizo la primera imagen del Santo Cristo de Esquipulas, por eso caminé con ella, para que, así como todos los años, me la bendigan”, dijo esta vecina de San Felipe.

Doña Teresa tiene 5 hijos, 9 nietos y 2 bisnietos y a todos les ha hecho ver que el Negrito alajueliteño tiene un gran poder para interceder por las bendiciones para toda la familia. Por eso le llena de orgullo que no caminó sola sino con varios miembros de la familia que ya son devotos del Cristo de Esquipulas.

“Me alegra mucho que cada día veo más y más gente devota. En los últimos años han crecido los fieles, incluso viene gente de otras provincias, eso nos llena de orgullo a los de Alajuelita”, concluyó.

Negrito conquista corazón de niños

Entre los romeros que hicieron la caminata desde la Catedral Metropolitana en San José hasta el Santuario Nacional Santo Cristo de Esquipulas estaban tres niñas.

Doña Kattia Araya Hidalgo, mamá de Peiton y Brittany Chavarría, de 8 y 10 años respectivamente, y tía de Tailín Solano, de 10 años, nos explicó que desde que todas estaban en la pancita fueron encomendadas al Cristo de Esquipulas.

Como desde que nacieron le enseñaron la devoción, para estas pequeñitas no es nuevo hacer la romería. Primero fue en coche, ahora a pie.

“Es un santo al que yo quiero mucho y al que siempre le encomiendo la salud y el bienestar de mi familia. En la casa me enseñaron a pedirle con fe y eso es lo que hago siempre”, nos contó Brittany, a quien apoyaron en su comentario Tailín y Peiton.

A doña Kattia le encanta que sus hijas y la sobrina entienden muy bien, a pesar de su corta edad, que realizan actos de fe, por lo cual deben pedir con devoción verdadera. “Ellas siempre ponen al Negrito de primero en todo lo que hacen”, explicó.

Hicieron la romería cargando una imagen del Negrito que tiene cinco años de estar en la familia y que en la casa tiene un espacio muy especial.

La familia la completan el esposo, Carlos Chavarría y otros dos hijos: Jefferson, de 13 años y Dylan, de 6. “Es importante que la devoción se pase a los más pequeños de la casa, así se garantiza que siempre se mantendrá viva. A mi me encanta ese ambiente de respeto y de fe hacia el Cristo de Esquipulas, eso permite que todos los vecinos nos sintamos como conectados en devoción”, comentó doña Kattia.