El 3 de julio, la Asociación Nacional de Educadores (ANDE) envió una carta al papa Francisco para que interceda, dice la agrupación, “ante la crisis social que atraviesa nuestro país”.
En un documento de tres páginas, la organización apela a la autoridad del papa para que haga un llamado a la cordura y hacia el respeto de los derechos humanos de parte de quienes gobiernan el país.
“Costa Rica no escapa de las imbatibles políticas de los organismos financieros internacionales, cuya intervención implica la consumación de políticas globalizadoras, que afectan a quienes viven de un salario o de una pensión, fruto del trabajo diario, que, con duras penas, alcanza para enfrentar la sobrevivencia y que paulatinamente, ensanchan las cifras de pobreza”, dice el documento.
Además, el sindicato dice estar preocupado por el estado de pobreza en el que vive Costa Rica.
“Con base en los dictados del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Social (OCDE), los gobiernos costarricenses han sometido a nuestra patria a estados de pobreza creciente, convirtiéndose en una de las naciones más desiguales de América Latina, al lado de la corrupción política, que sin misericordia hace más pobres a los pobres y más ricos a los ricos”.
Por último, la organización solicita el llamado pontificio "como trabajadores(as) del sector educación, conocedores (as) de que el diálogo abierto y respetuoso, con todos los sectores sociales, adherido a la búsqueda y al encuentro de la plena Justicia Social, es el canal que conduce hacia la solución de las difíciles coyunturas, que actualmente vive Costa Rica.
El documento se lo entregaron al arzobispo de San José, monseñor José Rafael Quirós Quirós, para que llegue a Roma a través del nuncio apostólico.