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Argentina se cansó de la monotonía, decidió viajar y ahora está en Costa Rica

La viajera gana dinero pintando murales y haciendo actos de circo en los semáforos

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Jimena Ruiz es una argentina de 41 años quien se dedica a viajar. Ahorita está de paso por Costa Rica.

Ella llevaba una vida bastante normal; estudió Educación Preescolar, luego sacó un técnico en Imagen y Sonido. Posteriormente, estudió durante dos años Diseño de Modas y luego sacó un título en Bellas Artes.

Jimena es artista y siempre deja huella en los países a los que va. Foto: Cortesía. (Cortesía de Jimena Ruíz)

Trabajaba en una imprenta gráfica en Buenos Aires, en un turno de ocho horas diarias y con lo complicado del tráfico tardaba entre tres y cuatro horas en el viaje de ida y otro tanto igual en el de regreso.

Ella cuenta que desde niña había querido viajar, pero que lo veía como algo casi imposible. Con el pasar del tiempo se fue cansando de tener una vida tan monótona, sentía que vivía solo para trabajar y hace ocho años decidió dejarlo todo por perseguir su sueño de conocer otros países.

“Un amigo y la novia también querían viajar y se atrevieron a salir de Argentina antes que yo. Él me convenció de alcanzarlos en Colombia y así lo hice, pero como dos semanas después de que llegué ellos se fueron para México y me quedé sola”, recordó.

El tiempo que Jimena estuvo con su amigo en Colombia fue suficiente para que él le enseñara a hacer pequeños cuadros con pinturas en aerosol. Le aconsejó que pintara en las calles y rifara los cuadros, pues así era como él y su novia ganaban dinero para sostenerse.

La artista pinta murales a cambio de hospedaje. Foto: Cortesía. (Cortesía de Jimena Ruíz)

Salió con poco dinero

La argentina cuenta que salió de su país con poco dinero y siguió el consejo de su amigo. También empezó a pintar murales para ganar platica y así se le fue jugando.

Estuvo cerca de dos años en Colombia y cuando se dio cuenta ya se había metido en una nueva rutina, tenía novio, alquilaba una casa y hacía lo mismo todos los días, así que, nuevamente, decidió romper con la monotonía y viajar a otro país.

“Tenía tiempo de no ver a mi hermano Roque Gonzalo Ruíz, así que él llegó a Colombia y viajamos juntos a Ecuador. Lo primero que hice ahí fue un voluntariado de un mural en un hotel a cambio de hospedaje.

“Empecé a tener más contacto con otros viajeros y con ellos aprendí técnicas de circo para hacer en los semáforos y así ganar dinero. Además, hacía tortas (queques) con mi hermano y los vendíamos”, relató.

También disfruta hacer dibujos con tiza y carbón. Foto: Cortesía. (Cortesía de Jimena Ruíz)

En Ecuador, Jimena y el hermano se encontraron una perrita perdida y por más que trataron de buscar a los dueños no lo lograron así que terminaron adoptándola y la bautizaron como Hema.

Después de Ecuador, regresó a Colombia, viajó con todo y la perrita, porque quería reencontrarse con una amiga que viajó desde Argentina para verla. Luego decidió pasar en Colombia otra temporada en lugares en los que no había estado antes.

Mientras estaba en suelo colombiano, su hermano se fue para Argentina para reunirse con su familia y Jimena pensaba alcanzarlo poco después, pero Hema se enfermó y eso le complicó todo.

“La perrita estuvo enferma poco más de un año y durante ese tiempo tuve que trabajar muy duro para pagarle su tratamiento. Además, tuve que cambiarme del lugar donde vivía varias veces, fue una época muy dura, tenía que llevármela a donde yo fuera para cuidarla, pero luego de todo eso murió. Fue muy duro para mí porque en ese momento era mi única compañera”, recordó.

Jimena hizo este mural en Turrialba. Foto: Cortesía. (Cortesía de Jimena Ruíz)

Llegó la pandemia

En Colombia, Jimena tuvo contacto con un barco que transportaba a un grupo de artistas que tenían pensado viajar a Holanda y esa idea enamoró a la argentina así que se les unió. Sin embargo, apareció la pandemia y echó a perder todos los planes.

Terminó viajando en el barco a Panamá y ahí tuvo que establecerse un tiempo, porque fue cuando se puso terrible el asunto del covid-19, con cuarentena y todo.

Ahí se unió a su viaje otro artista argentino, a quien sus conocidos le dicen Chuzza. Primero tuvieron una relación amorosa, pero luego decidieron ser solo amigos y por ahora se mantienen juntos.

En marzo pasado, los dos llegaron a Costa Rica. El primer lugar en el que estuvieron fue en Puerto Viejo de Limón y quedaron fascinados por la belleza de las playas.

Ella disfruta hacer pinturas en los hoteles a los que va. Foto: Cortesía. (Cortesía de Jimena Ruíz)

“Ahí pinté varios murales a cambio de hospedaje, luego tuve que salir de nuevo a Panamá por trámites migratorios, pero regresé.

“Ahorita estamos quedándonos en Turrialba. Chuzza llegó primero aquí que yo y me dijo un día: ‘hey, encontré el lugar perfecto para vos; primero, porque hay un montón de quesos deliciosos y, segundo, porque todo el mundo te saluda’. Es que él sabe que soy amante del queso y que me encanta saludar y hablar con todas las personas que me encuentro”, dijo entre risas.

Calor humano

Jimena dice que lo que más le gusta de Costa Rica es la belleza de las playas y también el calor de su gente.

“Me siento muy cómoda aquí donde estoy; estamos quedándonos en un hotel y hago murales y también actos de circo en los semáforos; con eso vamos consiguiendo dinero para comprar lo que necesitamos. También hago dibujos con carbón y tiza en la calle y pongo un sombrero para que las personas me ayuden con lo que ellos quieran.

Ella pinta todo tipo de imágenes, hasta coloridos retratos. Foto: Cortesía. (Cortesía de Jimena Ruíz)

“De la experiencia de viajar lo que más me gusta es conocer a la gente, eso es lo realmente importante. Ir dos semanas a un país para visitar algunos lugares no es conocer, la esencia está en tener contacto con la gente y yo prefiero estar en lugares rurales, no en la ciudad, porque en los pueblos la gente es más cálida”, aseguró.

La argentina dice que a ella le gusta tanto viajar que cree que ya no se sentiría bien atada a un solo lugar como vivió la mayor parte de su vida.

Una de sus metas es conocer México, pero también quiere retornar a Argentina porque hay una persona a la que extraña muchísimo.

Quiero ver a mi mamá porque está enferma. También quiero reencontrarme con muchos seres queridos, porque lo que vivimos los últimos dos años en la pandemia fue muy duro. Todavía no sé cuánto tiempo más estaré en Costa Rica, pero por un tema migratorio no puede ser mucho más. Probablemente, el otro año me iré; la decisión que debo tomar es si buscaré llegar a México antes de ir a Argentina o primero iré a mi tierra y luego volveré a los viajes”, manifestó.

Su bello trabajo siempre cautiva a los lugareños. Foto: Cortesía. (Cortesía de Jimena Ruíz)

La viajera dice que después de cierto tiempo de estar en un lugar, ella misma siente la necesidad de moverse para conocer nuevas culturas y otras personas. Por eso trata de comprar muchas cosas en cada lugar al que va.

“Cuando salí de Argentina llevaba una mochila enorme, pero ahora trato de viajar lo más liviano posible por mi columna, no quiero dañarla. Por más que uno trata de no comprar muchas cosas, cuando llega a un nuevo lugar sin darse cuenta lo va haciendo. Así que cuando ya me voy a ir de un pueblo regalo la mayoría de cosas que tengo. Lo que más atesoro y eso siempre llevo conmigo son los recuerdos y las experiencias tan valiosas que he vivido en cada lugar”.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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