Ramses Cruz Ortiz es un boxeador nicaragüense que llegó a Costa Rica en el 2018, en busca de un mejor futuro.
En aquel momento, él tenía solo 15 años, y su mamá, de nombre Carolina, tomó la decisión de viajar a Costa Rica, porque no encontraba trabajo en su país y porque quería alejarse de la crisis sociopolítica que se vivía ahí.
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Ramses decidió dejar todo lo que tenía: sus amigos, familiares, su estudio y su patria para acompañarla e iniciar una nueva vida.
El comienzo en Costa Rica fue duro, una amistad les abrió la puerta de la casa mientras doña Carolina lograba conseguir un trabajo. En tanto, el joven buscó un colegio público para seguir con sus estudios y encontró uno en Tibás, donde terminó el quinto año. No fue fácil porque pudo reincorporarse al colegio pasado el medio año, pero con esfuerzo y sacrificio pudo aprobar el curso lectivo.
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En el 2019, el joven empezó a buscar una universidad, pero ya habían pasado las fechas para hacer los exámenes de admisión de las universidades públicas; eso lo preocupó porque no tenía las posibilidades económicas para costearse una privada.
Él dice que fue Dios quien lo hizo darse cuenta de que en la Ulacit estaban dando becas universitarias a líderes en condiciones vulnerables como la que él tenía en ese momento, participó en el proceso y obtuvo una.
Con mucha alegría e ilusión, entró a estudiar Contabilidad. Le echó muchas ganas y en el 2023 se graduó de licenciatura.
Pero el empunchado muchacho, quien ahora tiene 23 años, no solo se ha esforzado en el estudio, sino también en el deporte.
Sueña con el título mundial
Los problemas familiares que tuvo una vez mientras vivía en Nicaragua lo hicieron buscar refugio en el deporte; escogió el boxeo y asegura que para él representa un lenguaje universal.
“Yo creo que el boxeo es como un lenguaje de comunicación universal, porque uno se puede dar cuenta con golpes si la persona está enojada, si la persona está feliz, si la persona está motivada.
“Cuando he tenido la oportunidad de estar en países donde no hablamos de la misma lengua, se pueden decir muchas cosas con la forma de boxeo, eso dice más de mí que lo que pueda salir de mi boca”, aseguró el deportista.
Ramses ha cosechado triunfos importantes. Participó en los Juegos Deportivos Nacionales en Costa Rica en tres oportunidades; la primera vez ganó la medalla de plata y en las otras dos la de oro, eso lo hace sentir muy orgulloso.
También participó en dos campeonatos élites y ambos los ganó. Ahora es un boxeador profesional y lleva dos victorias y una derrota.
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Busca el equilibrio entre el trabajo y el deporte
El joven vive actualmente en Guanacaste, y su vida se divide entre el mundo laboral y el deportivo, por lo que trata de mantener un equilibrio.
“Trato de sacarle el jugo a la beca que tuve por el liderazgo académico y deportivo, para aprovechar toda esa habilidad que me dio la licenciatura en Contabilidad después con la que me gradué.
“También me esfuerzo en el boxeo, entreno duro todos los días, pero soy consciente de que no puedo dedicarme solo a eso como quisiera, porque necesito trabajar para comer; entonces, trato de balancear los dos mundos. Mi meta o mi objetivo es llegar a ser campeón del mundo, si no lo logro, no va a ser porque no lo intenté, sino porque hice mi máximo esfuerzo y no se me dio”, manifestó el muchacho.
Ramses dice que, aunque no le gusta poner excusas ni pretextos del porqué no ha logrado lo que quiere, señala que le gustaría tener más oportunidades para pelear, pero en Costa Rica los combates de boxeo son poco frecuentes.
También dice que aunque sus jefes saben bien la importancia que tiene el boxeo para él y siempre lo han apoyado, el tener un trabajo limita ciertas actividades como, por ejemplo, los viajes internacionales para participar en peleas, eso lo ve como una limitación ante los boxeadores que sí se dedican de forma exclusiva a su carrera deportiva; sin embargo, no se arruga.
“No me gustan las excusas porque uno se vuelve víctima de ellas. Lo que hay que hacer es luchar para lograr las metas, aunque existan limitaciones”, aseguró el valiente.