Veinte años duró el pleito legal entre el canadiense Darren Hreniuk y los empresarios turísticos del área de aventura por la paternidad del canopy.
El último capítulo llegó este miércoles cuando el Tribunal Registral Administrativo anuló de forma definitiva la patente de invención del canopy que le habían dado al norteamericano desde 1998, por error.
“La Cámara Nacional de Turismo asumió un compromiso para defender los intereses de los empresarios afectados y representar al sector. Con esta resolución definitiva, cerramos este capítulo que tuvo en suspenso al gremio de aventura por muchos años. Esto llega a su fin dándole claridad, seguridad jurídica y tranquilidad al sector para seguir operando”, declaró la presidenta de Canatur, Sary Valverde.
Por su parte, Rodrigo Valverde, presidente de la Asociación de Operadores de Aventura, dijo estar feliz con la excelente noticia para un sector de la industria turística que en su mayoría está compuesto por pequeñas empresas, que generan más de 3.500 empleos directos y que en algún momento se vieron amenazadas por esta situación.
“Ahora Hreniuk no puede cobrar al Estado los más de $132 millones (cerca de ¢80.000 millones) que pretendía exigirle por daños y perjuicios por el derecho de cobro”, explicó el abogado Sergio Artavia, uno de los que asesoró a Canatur.
Agregó que los agremiados tampoco deberán pagar nada por el uso del canopy que ahora es de uso libre y quien le haya pagado, podrá pedir la devolución judicial.
LEA MÁS: El papá del Canopy