Unas 2.600 casas de interés social , cuatro puentes como el de la Pozuelo o para que le de más cólera, tres puentes completos de la platina, se hubieran podido construir con la platica que el Gobierno dejó de recibir porque algunos vivazos que traen al país pantalones, camisetas y medias no pagan impuestos como debe ser.
Así se desprende de un anuncio radial de la Cámara de Textileros de Costa Rica (Cateco) y en el cual insta al Gobierno a hacer su trabajo.
En total, la Cámara estima en ¢17.838 millones lo que el estado ha dejado de percibir, al mes de mayo anterior, durante la administración de Luis Guillermo Solís, solamente en esos tres artículos.
Si el estudio abarcara zapatos, ropa interior, abrigos, licores y otros la cifra sería astronómica.
Rodolfo Molina, presidente de Cateco dijo que las cifras las obtuvieron haciendo un estudio de los datos del programa TICA de la Dirección General de Aduanas.
“Por ejemplo, alguien trae un contenedor cargado de jeans que vale unos $80 mil y que representan 15 mil pantalones aproximadamente, pero declaran que les costó $30 mil y dejan de pagar impuestos sobre esa diferencia”, explicó.
La bronca le queda al Estado porque mientras el comerciante hizo su agosto y el usuario final se ahorró unos ocho rojitos en un pantalón y ¢2.500 en una camisa, al Gobierno le faltará ese dinero para invertir en esas 2.600 casitas (dato dado por el ministro de Vivienda Rosendo Pujol).
La economista de la Universidad Nacional Roxana Morales dijo que además, el usuario final se la juega al comprar artículos que no pagan impuestos y que se distinguen porque son más baratos.
“Con precios más bajos puede haber productos falsificados, o que no tengan las garantías. Si falla algo, cuando llegamos a reclamar se van a dar cuenta que perdieron el dinero, pese a que era de la marca original. Sucede mucho con los celulares, aparte de que ayuda a que el déficit fiscal crezca”.
Cálculos muy volados
Sin embargo, el viceministro de Ingreso, Fernando Rodríguez considera que el cálculo de los textileros es muy elevado y los invitó a que los hagan partícipes la próxima vez que hagan números de esos.
“No sabemos sí está bien calculado, si es solo de este año, o toda la administración o por importación de ropa nueva o ropa usada. Pero aduanas maneja ciertos criterios de riesgo y una estructura para detectar dificultades. Además, incorporamos tecnologías para ser más eficientes”, dijo Rodríguez.
Vivazos
Molina dice ese problema lo generan quienes subfacturan la mercadería, pero indicó que lo más grave es el contrabando. Las cifras por ese renglón, ni siqueira pueden ser proyectadas.
A manera de ejemplo, citó la gente que va a Panamá o a la frontera y mete cosas al país para vender. Aún así, eso es un menudeo y no la principal forma de burlar los impuestos.
“A la par de un contenedor no es tan significativo. Lo que queremos es ayudar al Gobierno, ponernos a las órdenes para que baje la evasión”, explicó el presi de Cateco.
Molina le aconsejó a Aduanas usar escáneres y precios de referencias como dos mecanismos para bajar dicha fuga de dinero.
Rodríguez contestó que los escáneres no les corresponde a ellos, porque desde el 2015 una directriz presidencial le pasó la bola al Servicio Fitosanitario del ministerio de Agricultura.
“Aún así, sería una herramienta más, no la varita mágica. Permite detectar un cargamento de pantalones de tal precio y otro de la misma calidad a otro precio para analizar. Pero puede ser que en efecto lo haya comprado en una liquidación”, dijo.
Sin embargo, Rodríguez está de acuerdo con los textileros en que todos tenemos que pagar impuestos y que se debe recaudar mejor.