A Marco Madriz Zúñiga, un pulseador que jamás se da por vencido, la idea de vestirse de Colacho y transformar su transporte de tres ruedas en trineo le está pegando la gran salvada en un año en el cual la ha visto fea para ganarse la plata.
Este vecino de Sabanilla de Montes de Oca y de 56 años tenía todo resuelto para este 2020 en febrero. Con un negocio móvil de venta de café con repostería, había asegurado contratos hasta octubre y eso lo tenía muy contento. La cosa pintaba dos veces mejor que el 2019.
Pero llegó el 6 de marzo, día en el cual el ministerio de Salud anunció el primer contagiado de covid-19 y comenzó un calvario que dejó a Marco sin un cinco, sufrió un accidente de tránsito del que salió puras tejas --pero pudo haber sido mortal-- y en una semana le cancelaron los contratos que tenía.
Cuesta arriba
“En marzo comenzó la cuesta arriba y bien dura. Ver que todo se te derrumba en menos de siete días es difícil de asimilar. No me quedó ningún contrato y de la noche a la mañana, por la pandemia, tampoco me quedó forma de ganarme algún dinero”, explica el breteador.
A finales de junio tomó la decisión de montarse sobre una vespa roja que tenía y tirarse a la calle a ofrecer servicios de mensajero; sin embargo, el 9 de julio, en Heredia un camión se saltó un alto y lo atropelló y sufrió heridas fuertes. La vespa quedó inservible, la aplastó el camión.
Pudo comprar otra gracias a la campaña que se armó en redes sociales llamada “Un rojo por el compa”; a la moto nueva le puso la Negra y volvió a las calles a “mensajerear”. Alguito se ganó con esa chambita.
Llegó Santa
Buscando una fórmula para ganar más platica, a mediados de noviembre se le ocurrió que como tiene uno de esos transportes de tres ruedas que son como una moto con cajón cerrado y hasta parabrisas, era el momento de convertir eso en un trineo, vestirse de San Nicolás y pulsearla.
“Desde inicios de octubre me dejé la barba que, como es blanca, hace juego. A finales de noviembre hablé con una señora para lo del traje y en menos de 48 horas lo tenía perfecto y a la medida, fue rapidísimo.
“Lo siguiente fue promocionarme en redes sociales como un Santa que con su trineo les lleva los regalos a los hijos para mantener bien viva la llama de la Navidad y la ilusión de los niños por una época tan alegre”, comentó.
Lo que este Santa motorizado ofrece es una entrega de regalos con un pequeño show de una hora en cada entrega. Lo pueden llamar al 8844-6488 para contrataciones, eso sí, le advertimos que deben llamar rápido porque le quedan pocos espacios.
Salvadota
“Esta idea de Santa ha sido la gran salvada del año para mi familia. Tengo la agenda bien apretada en estos días, algo que no creí que me iba a suceder. Fue un pegue inmediato y la gente, por las redes sociales, comenzó a llamarme y a reservarme, tanto familias particulares como empresas”, explica.
“Estoy sorprendido con la pegada de Colacho. Con la gente que me tiene reservado he podido experimentar que, a pesar de la pandemia, y lo difícil que la ha pasado gran parte del país en lo económico, siempre el pueblo busca esos espacios de alegría, de esperanza, de luz para que sus familias pasen alegres. Quieren a Santa para renovar la esperanza en las cosas buenas”, aseguró.
Además del traje y el trineo, con esa barba original, llega con fotógrafo para que el momento quede bien registrado y a las familias les quede un recuerdo.
Recogiendo regalos
Entregará cada regalo cumpliendo cada protocolo de higiene, eso sí, no dejará de gritar --pero a buena distancia--- el jo jo jo tradicional de un buen san Nicolás.
Ha estado recogiendo los regalos de las familias que ya lo contrataron y este sábado 19 de diciembre comenzó la repartidera. Su primera salida desde el Polo Norte fue a Tacares de Grecia, donde lo esperaban con mucha ilusión.
“Santa me permitirá cerrar un año tan duro con trabajo. Uno que es emprendedor realmente estuvo totalmente frenado más de cinco meses y eso es fatal porque sin ingresos todo se complica.
“Gracias a excompañeros del Salesiano Don Bosco, vecinos y un familiar, he podido salir adelante. Me pagaron la alimentación, recibos y hasta el apartamento, ahorita ya no porque hay muchos otros a los cuales ayudar, pero no me dejaron ahogarme, al igual que esta idea de Colacho”, nos cuenta.
“Termino viendo la luz y eso provoca que además de dar alegría con Santa, él me la dé a mí”.