Julius Mbuga es un ugandés que llegó a Costa Rica en el 2001 para estudiar agronomía en la Universidad EARTH, en Guácimo de Limón, y donde después de graduarse se quedó a trabajar en el departamento de admisiones.
Uno de los hechos que más le llamó más la atención cuando vino fue el acceso al agua potable que tienen los habitantes de Costa Rica, algo que en su país no ocurre. En Tiquicia 98 de cada 100 personas tienen agua limpia en sus hogares. Es todo un lujo porque más de 1.100 millones de personas en el mundo no tienen acceso directo al preciado líquido ya potable.
Por la celebración del Día Mundial del Agua, que es este jueves, La Teja habló con Julius para conocer la realidad del país africano en cuanto al líquido. Dice que Tiquicia es una tierra privilegiada por tener este recurso de forma tan abundante... Ah, y también dijo ser aficionado al Club Sport Herediano y apoyar a muerte a la Sele.
-¿Cuántos años tenía cuando vino al país?
Tenía 21, ya llevo 17 aquí.
-¿Qué fue lo que más le llamó la atención de Costa Rica?
El acceso al agua potable que tienen, casi en todas las casas hay tubos.
-¿En su país no todos tiene agua en las casas?
No, hay que salir a buscarla, especialmente en las zonas rurales.
-¿Cuánto deben caminar para conseguir agua?
Donde yo vivía eran tres horas de ida y otras tres horas de vuelta, llevábamos una pichinga para traer el agua de un pozo.
-¿A los cuántos años iba ya a traer agua?
Tenía como 6 años y lo dejé de hacer cuando me vine a Costa Rica.
-Caminando distancias tan largas, ¿vivió algún momento de peligro?
De que me atacaran animales no, pero cuando hacíamos las filas en los pozos había muchachos más grandes que uno que se querían colar. A mí una vez me golpearon por defender mi lugar, todavía tengo cicatrices de eso.
-¿Las filas eran muy largas?
Sí, tal vez de unas 25 personas y se duraba mucho tiempo sacando el agua.
-¿En su país la gente se muere de sed?
No. En Uganda el problema es que hay que ir a buscar el agua porque el servicio no está para todas las personas porque al gobierno no le ha interesado. En Uganda hay mucha agua, pero no hay acueductos que permitan que llegue a todos.
-¿Por qué?
Allá no hay como una especie de AyA (Acueductos y Alcantarillados) porque no les importa. Por dicha aquí sí lo hay y eso es muy beneficioso para todos.
-Cuando usted vino y vio que en todas las casas había agua, ¿qué pensó?
Que ustedes son privilegiados por tener tanta agua.
-¿Cuando ve una fuga de agua qué se le viene a la cabeza?
Siento que el líquido no se valora y es porque muchos no saben los esfuerzos que se hacen en otros países para tener agua.
-¿Le dan ganas de llorar cuando ve algo así?
No, pero por ejemplo, con el agua con la que aquí se lava una taza de café, en Uganda lavamos diez platos y esa agua no se bota, se usa para otras cosas.
-¿Cómo cuáles?
Como para lavar ropa o seguir lavando más platos.
-¿Ha vuelto a ir a su país?
Sí, en el 2009 fui para poner agua potable en mi casa, me acompañó don Gonzalo Sánchez (costarricense), que me ayudó con todo el trabajo.
-¿Cómo se sintió al poder hacer esto?
Muy feliz, en el pueblo donde vivía, que se llama Mubende, solo mi casa tiene agua,. Yo quisiera que fuera igual para todos, pero hay limitaciones.
-¿Qué mensaje les da a los costarricenses?
Que hagan un manejo racional de los recursos porque verdaderamente son privilegiados.