Una belleza de pintura recibe ahora a los feligreses que visitan el templo Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Florencia de San Carlos.

Esta obra de arte tiene una historia bien bonita y curiosa, ya que fue pintada por un vecino de Pénjamo llamado Pablo Rigioni, quien por mucho tiempo se dedicó a la producción de leche y ahora está casi a tiempo completo con en el tema de las misiones.

Según informó Radio Santa Clara en un artículo, la esposa de Pablo, Yalile Esquivel, ha dedicado su vida como misionera luego de experimentar la presencia de Dios de una manera muy especial, al punto que transformó su vida.

La pareja dedica su tiempo a la Compañía de Familias Misioneras, que reúne a personas de todo el mundo. Su vocación principal es hablar de Cristo, a través de la catequesis e intercambios.

El misionero dice que siempre ha disfrutado pintar, incluso en algún momento pensó en estudiar una carrera afín a su vocación.

Pablo dijo que la intención de elaborar la obra de arte en el templo de Florencia, en honor a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, surgió por el interés del sacerdote Omar Solís, párroco de la comunidad.

Rigioni siempre ha tenido una devoción muy especial hacia la Virgen del Socorro, ya que por largo tiempo el padre redentorista, Henry Soto, ha sido su consejero espiritual. La elaboración de la obra tardó aproximadamente 15 días.

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Inspirada en obra italiana

La pintura está inspirada en una obra que se encuentra en Italia, cerca de la basílica Santa María la Mayor y es del siglo XV, aproximadamente.

Como parte de los detalles de la obra, destaca el rostro de María, especialmente su mirada de esperanza.

“La Virgen nos está mirando a nosotros y ese es el sentido más importante, creo, del Perpetuo Socorro… María nos está mirando a nosotros, el consuelo de Jesús es que María nos consuele a nosotros, que nosotros acudamos a su madre para nosotros también seguir a Jesús”, manifestó el pintor.

“Es una oportunidad para hablar de Cristo, difundir las misiones, que nosotros tomemos conciencia de que tenemos que ser misioneros y también ser parte del Perpetuo Socorro, no acudir a ella solo para que me ayude a mí en mis trifulcas, sino para que yo también pueda ser parte de la misión de socorrer a otros… Que esa es la gran misión, sobre todo en la fe, para que podamos crecer en el amor a Cristo”, añadió.

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La obra de arte mide 2,20 metros de ancho; y, 3,20 metros de alto.

La imagen original de la Virgen, que está en la filial, la obsequió una tía-abuela suya, Olga Maroto.

“Pintar a la madre de Dios es un gran compromiso, pero es muy bonito, porque nos da como una recepción muy grande… de bienvenidos a la parroquia”, manifestó.

Rigioni tiene tres hijos: Pablo, Luz María y Mónica. Mónica lo acompañó en el proceso de elaboración de la pintura. En los próximos días estará trabajando en los acabados finales de la obra inspirada en el impresionismo.