Tocarse la cara es una maña más vieja que la de pedir prestado.
Según un estudio publicado en 2015 en la revista American Journal of Infection Control (Diario americano del control de infecciones), en promedio nos llevamos las manos a la cara unas 20 veces por hora.
Eso quiere decir que si descansamos las ocho horas recomendadas, podemos tocarnos la jacha unas 320 veces al día, lo que nos está exponiendo a contagiarnos por el coronavirus o alguna otra bacteria.
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¿Ahora ve por qué nos están insistiendo tanto en que nos lavemos las manos y no nos toquemos la cara con las manos sucias?
Fernando Morales, médico pensionado y exdirector del hospital Blanco Cervantes, explica que esta práctica tan común en algunas personas las expone a que los gérmenes que tenemos en las manos ingresen a las vías superiores por la nariz, boca u ojos.
“Uno lo hace en automático, algunas otras personas porque tienen un tic o un problema alérgico que no pueden controlar que les dé picazón o incluso hasta pude ser reacción a un medicamento”, agregó Morales.
Por eso, si no lo puede evitar, porque ni cuenta se da cuando lo hace, mejor asegúrese de tener las manos limpias.
Y a la pregunta de porqué cuando nos dicen que no nos toquemos la cara, nos dan más ganas de hacerlo, el doctor explica que es un mecanismo automático de malos hábitos que tenemos.
“Es puramente emocional que donde nos dicen que no hagamos algo, se nos activa el chip y lo hacemos sin darnos cuenta y cuesta mucho quitárnoslo. Vea incluso a los grandes líderes políticos que les han dicho que no se den la mano y están las fotos donde lo hacen”, comentó.
Algunos expertos internacionales recomiendan que al menos en el caso de picazón, recurra a rascarse con la parte interna del brazo.