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Coronavirus: Monaguillo hace “teletrabajo” en las misas

Todos los días acompaña al padre en la eucaristía de las seis de la tarde

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Evan Arroyo Arguedas es monaguillo en la parroquia San Rafael Arcángel de San Rafael Arriba de Desamparados y tiene cuatro días haciendo “teletrabajo”.

Esto porque a pesar de que el templo está cerrado por el coronavirus, el sacerdote Jorge Benavides, conocido como el padre Jito, celebra misa todos los días a las 6 de la tarde, la trasmite por Facebook y el pequeño lo acompaña desde su casa.

El pasado lunes, a eso de las 5:45 de la tarde, Evan estaba en su casa frente al televisor junto a su hermana Krysia (quien también es monaguilla) y su mamá, doña Nora Arguedas. Entonces el niño, muy decidido, dijo: “Mami, hágame el favor y me pasa la sotana porque yo voy a servirle al padre Jito desde aquí”.

Evan Arroyo Arguedas es monaguillo en la parroquia San Rafael Arcángel de San Rafael Arriba de Desamparados y tiene cuatro días de “hacer teletrabajo”

No fue paja, el niño de siete años incluso se fue para el cuarto, se quitó las chancletas que andaba y se puso los zapatos de vestir negros que le exigen a los servidores del altar en la parroquia.

Sentir a Dios

“A pesar de que no estoy en la iglesia con el padre, siento que desde la casa puedo servirle a Dios. Yo lo voy a seguir haciendo porque es un acto bueno de mi parte. Me gusta servirle a Dios porque siento en el corazón que lo necesito para mi vida.

“Con lo del coronavirus es importante estar en casa para evitar contagiarse y también es importante estar con Dios, porque él es quien arregla las cosas”, así explica Evan el porqué tomó la decisión de hacer este particular “teletrabajo divino”.

Evan Arroyo es monaguillo en la parroquia San Rafael Arcángel de San Rafael Arriba de Desamparados

La mamita del monaguillo reconoce que se sorprendió por la iniciativa de su hijo.

“Al principio no le creí, pero al verlo tan decidido me fui y le traje la ropita de monaguillo y sin pensarlo dos veces se la puso y acomodó una silla como en la iglesia. Me dijo que no podía dejar solo al padre, que su obligación era acompañarlo.

“Siempre me dice que es monaguillo porque le encanta, lo disfruta y le gusta como se siente durante las misas”, comentó la mamá.

El chiquito ya tiene tres años de prestar ese servicio.

Evan Arroyo Arguedas es monaguillo en la parroquia San Rafael Arcángel de San Rafael Arriba de Desamparados y tiene cuatro días de “hacer teletrabajo”

Puntual y con amor

Evan sabe que la misa es todos los días a las 6 de la tarde y por eso desde antes se pone su sotana y espera al frente del televisor. Nadie lo obliga y nadie le recuerda, él solito tiene pendiente la hora de inicio de la celebración.

De hecho, normalmente todos los días va con su mamá y hermana a la misa de las 6 de la tarde a la parroquia, por eso ese es un horario normal para él.

“Para ser monaguillo no hace falta saber todo, sino hacerlo con amor. Soy monaguillo porque siento que el Señor me pide que lo sea, que nunca deje de serlo”, dice muy convencido.

San Tarsicio es el santo de los monaguillos

Está en segundo grado en la escuela Manuel Ortuño de Desamparados, en la sección 2-3 de la niña Ingrid. Le va muy bien en las notas y le gusta jugar ajedrez.

¿Vocación de sacerdote?

Doña Grettel Retana es la coordinadora de los servidores del altar de la parroquia y nos explicó que lo normal es aceptar niños de 8 años en adelante, para que ya hayan cursado el segundo grado de catecismo; sin embargo, en el caso de Evan vieron que tenía todo lo que se ocupaba en un monaguillo desde los cuatro años.

“Es muy comprometido y responsable, siempre está dispuesto a servir, nunca le dice que no a una misa, incluso si no le toca servir le gusta ir a colaborar. Es muy chispa, aprende rápido y tiene un respeto absoluto por el servicio.

Evan Arroyo Arguedas es monaguillo en la parroquia San Rafael Arcángel de San Rafael Arriba de Desamparados y tiene cuatro días de “hacer teletrabajo”. En la foto con su hermana Krysia y el padre Jorge González (Jito).

“Yo vi la foto que le tomó la mamá y me sorprendió que andaba los zapatos negros, como estaba en la casa bien pudo quedarse en chancletas, pero no, el respeto fue total y esas cosas son las que a una la llenan demasiado, ese compromiso absoluto”, comentó.

Finalmente, el padre Jito nos contó que el ejemplo de Evan de inmediato lo hizo acordarse de su infancia.

“Sentí que me estaba viendo en él, porque yo chiquillo jugaba a ser sacerdote, me ponía un paño grande en la cabeza y hacía como si fuera padre. Dios es el que sabe, pero definitivamente ahí podría fortalecerse una vocación sacerdotal, es muy pronto, pero así comienza uno y Evan tiene un amor y una alegría especial para los temas de la iglesia”, comentó el padrecito.

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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