Doña Marcela Fernández, de 54 años, es una sobreviviente de cáncer de cérvix.
A ella le detectaron este mal cuando tenía 50 años, en ese momento el mundo se le vino encima, pues de inmediato pensó que iba a morir.
Cuatro años después, ella aún cuenta su historia pues venció al cáncer, aunque sabe que debe estar en constante revisión.
Que esté viva, se lo debe en gran medida a la atención que recibió en el hospital Calderón Guardia en donde de principio a fin los médicos especialistas lucharon junto a ella para ganar esta dura batalla.
“Siempre me motivaron a seguir luchando, el camino no fue fácil porque uno siempre piensa en lo peor. Por dicha conté con el apoyo de los médicos y de mi familia que en ningún momento me dejaron sola”, detalló.
Precisamente el diagnóstico oportuno de la enfermedad y la calidad en el servicio médico hicieron que el sistema de salud costarricense se adueñarse de un récord a nivel mundial, al ser el país con la mayor sobrevida de cáncer de cérvix.
Esto quiere decir que hay más sobrevivientes de este mal que en el resto de naciones.
La información la dio a conocer la Caja Costarricense de Seguro Social este miércoles luego de que la Sociedad Americana de Cáncer revelara los resultados.
A través de un reporte, esta organización detalló que 78 de cada 100 de mujeres diagnosticadas con este mal sobreviven.
Esto a su vez demuestra que, en comparación con otros países que sí son desarrollados, Costa Rica está mejor en el tratamiento del mal.
Por ejemplo, en China se salvan 68 de cada 100 pacientes, en esa misma proporción, sobreviven 67 en Canadá, Italia e Israel.
Para las autoridades de la Caja, estos resultados son importantes aunque son consientes que se debe mejorar para aumentar la cifra de éxito en el tratamiento del cáncer.
Factores que determinan el éxito
De acuerdo con Roy Wong de la dirección de Vigilancia Epidemiológica de la Caja, hay varios factores que han determinado la alta sobrevida que hay en el país.
Entre ellos destacan la educación e información que se han dado en relación a esta enfermedad y el acceso a tratamientos como la vacuna contra el papiloma y los papanicolau que se realizan en los centros médicos para detectar alguna anomalía.
“Esperaríamos en el futuro tener una mayor detección y menor mortalidad, eso lo esperamos lograr en un plazo de quince o veinte años”, añadió.
Para conseguir este objetivo, durante el primer semestre del 2019, cerca de 35 mil niñas de 10 años recibieron la vacuna contra el papiloma que es el que produce el cáncer de cervix.