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Costa Rica piensa en el futuro y ya siembra agua para enfrentar sequías

Los reservorios fueron creados con las enseñanzas de mujeres indígenas de Perú

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Algunos lugares de Guanacaste sufrieron por la lluvia de más que cayó a finales de setiembre y principios de octubre.

En Santa Cruz, Hojancha y Nicoya incluso fue necesario abrir albergues porque los baldazos hicieron loco. Hubo daños en puentes, calles cortadas, inundaciones que pusieron a muchas familias a sufrir.

Pero Guanacaste no se caracteriza por tener agua de más sino al contrario y el agüita escasea, lo que significa un gran problema para las personas cuando el verano arde y lo seca todo.

Pensando en eso y en las consecuencias que tendrá en el futuro el cambio climático varias organizaciones decidieron impulsar un proyecto innovador que ve hacia adelante, hacia los años venideros.

Se llama siembra y cosecha de agua y se basa en el conocimiento ancestral de un grupo de mujeres indígenas de Perú.

Llevado a la práctica, el proyecto consiste en crear lagunas artificiales (o reservorios) que tienen como fin almacenar agua de lluvia para que luego esta se filtre por la tierra hasta llegar a ojos de agua y a quebradas para evitar estos se sequen durante la época seca y aprovecharlos.

A simple vista los reservorios pueden parecer simples lagunas, sin embargo. Fueron diseñados por tres indígenas peruanas que no usaron ningún tipo de material de construcción moderno, solamente arcilla y tierra.

En Perú, un país con zonas sequísimas (incluso de desierto) la técnica ha funcionado. En algunos sitios ha permitido cosechar papayas y aguacates en lugares que parecían improductivos.

Hasta el momento se han creado cinco reservas de este tipo en los cantones de Cañas y Bagaces, específicamente en los poblados de Aguacaliente, Nueva Guatemala y Río Naranjo.

Este proyecto es financiado por la Unión Europea y administrado por la agencia Expertice France. La puesta en práctica está en manos de la Asociación para la Investigación y Desarrollo Integral (Aider) y el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (Fonafifo).

Todo al natural

Gustavo Solano, coordinador de Aider, explica que los trabajos se iniciaron hace seis meses, cuando las indígenas peruanas visitaron Tiquicia como parte de un programa de intercambio de conocimientos ambientales entre Costa Rica y Perú.

Solano dijo que la técnica para crear estas lagunas es bastante sencilla, sin embargo, no deja de ser innovadora pues es algo que nunca se había hecho en el país.

Reservorio de agua

Creado en zonas altas según los conocimientos de un grupo de mujeres indígenas de Perú, usan esta técnica para conservar agua y luego usarla, además tiene como fin fomentar la creación de los llamados "Ojos de agua".

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA.    || J.C. / LA TEJA.

Según explica el coordinador, el primer paso consiste en seleccionar un terreno en una zona alta (en pendiente) y que se encuentre cerca de un área de conservación. También es importante que sea administrado por personas interesadas en el proyecto.

Ya con esos pasos cumplidos se abre un hueco de cinco metros de profundidad. Se puede hacer a mano, con pura fuerza humana, pero cuando se desea ahorrar tiempo se recurre a maquinaria.

El siguiente paso es colocar una capa de arcilla comprimida en las paredes del hueco. La función de la arcilla es evitar que el agua se filtre hacia los lados.

Finalmente en el fondo de la zanja se pone también una capa de arcilla y tierra, pero menos compacta, lo que permitirá que el agua se filtre solo hacía abajo, por las “venas naturales” que hay en el terreno.

Mejor oportunidad

Solano explicó que por medio de esta técnica les ofrecerán a las comunidades más cercanas una mejor oportunidad para enfrentar la época seca, pues la gente contará con una fuente de agua que estará nutriendo la tierra que usan para trabajar.

“Esto hay que verlo como un edificio. Estamos sembrando agua en el piso más alto y esta agua irá bajando por los demás pisos, beneficiando a varias comunidades con nuevas fuentes de agua y tierras más fértiles”, dijo Solano.

Según el coordinador, cada uno de los reservorios costó aproximadamente ¢3 millones, un valor muy bajo si se compara con los beneficios que ofrece. Cada una de estas lagunas puede almacenar 15 mil metros cúbicos de agua. Eso equivale a 15 millones de litros.

Nueva esperanza

Don Henry Murillo es un ganadero vecino de Nueva Guatemala, en Cañas. Él aceptó unirse a este proyecto y puso su finca para que se creara el reservorio que él y su familia bautizaron con el adecuado nombre de “La Esperanza”.

“Le pusimos ese nombre porque durante un año y ocho meses pasamos por pruebas muy duras, como la muerte de mi hijo. En ese mismo tiempo se nos murieron más de veinte animales, pero con esto (reservorio) la esperanza es volver a recuperar un poco lo perdido y tener más opciones para salir adelante”, dijo.

Murillo explicó que esta reserva de agua se creó hace poco más de dos meses, por lo que apenas están viendo los primeros resultados, sin embargo, tiene toda la fe de que este proyecto les ayude a él y a otros ganaderos a no pasarla tan mal cuando llegue la época seca, que está a la vuelta de la esquina y que en Guanacaste a veces hace estragos.

“Lo que resta es esperar a que llegue el siguiente verano. Esa va a ser la prueba de fuego a ver qué tanto nos va a ayudar, la idea es que si el agua se acorta el reservorio nos salve la tanda”, añadió.

Beneficiadas

El grupo de mujeres “Hortalizas La Lucha” también se verá beneficiado con el reservorio La Esperanza. Desde ahora esperan que esa reserva natural les ayudará a mantener la tierra fértil y, por lo tanto, a obtener de ella más productos.

“Estamos supercontentas, sobre todo por lo cerca que está de donde sembramos, así nos beneficiamos casi que al cien por ciento”, dijo Yendry Chacón, representante de la agrupación.

Yendry dijo que durante la época seca la quebrada que les da agua baja muchísimo y antes se han visto obligadas a hacer una presa. Ahora, con esta reserva, esperan no tener que seguir en esas carreras.

“Yo creía que a eso (reservorio) iban a tener que echarle agua o ponerle una manguera, pero hemos visto que se ha mantenido bastante, incluso atrae animales entonces obviamente estamos con toda la fe de también vernos beneficiadas”, añadió.

Este proyecto ha sido visto con tan buenos ojos que el Instituto Desarrollo Rural (Inder) se comprometió a crear por su cuenta cinco reservorios más en Guanacaste.

Adrián Galeano Calvo

Adrián Galeano Calvo

Periodista de Sucesos y Judiciales en el periódico La Teja desde 2017. Cuenta con un bachillerato en Relaciones Públicas de la Universidad Latina y una licenciatura en Comunicación de Mercadeo de la UAM. En el 2022 recibió el premio a periodista del año del periódico La Teja.

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