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Costa Rica va a elecciones presidenciales con una oferta fragmentada

Los indecisos tendrán la última palabra en las elecciones presidenciales de este 6 de febrero

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Costa Rica elige este 6 de febrero a su próximo presidente entre 25 candidatos, un número nunca antes visto en una de las democracias más sólidas de América Latina que, después de buscar alternativas, vuelve a ver a los partidos tradicionales para garantizar su histórica estabilidad.

Encabeza las preferencias el expresidente José María Figueres (1994-1998), de Liberación Nacional (PLN), con 17,01% del apoyo ciudadano, seguido por Lineth Saborío, del Partido Unidad Social Cristiana, con 12,86%.

Aunque sin apoyo mayoritario, las dos agrupaciones vuelven a liderar las preferencias luego de ocho años de gobierno del Partido Acción Ciudadana que, pese a haber roto el bipartidismo PLN - PUSC del siglo XX, se halla desacreditado y sin fuerza política.

Si ningún candidato logra el 40% de los votos el domingo habrá una segunda ronda, el 3 de abril, con los dos primeros lugares.

Los indecisos mandarán

Costa Rica no tiene conflictos armados desde 1948, ni dictaduras desde 1919. Quien eliminó las Fuerzas Armadas fue José Figueres Ferrer, padre del hoy candidato favorito.

Hay un 31,8% de indecisos entre los 3,5 millones de costarricenses habilitados para votar.

“Se debe a un aumento de personas en el electorado, menores de 40 años, que hemos vivido épocas en las que no solo no se han resuelto los problemas, sino que se agravaron”, dijo el estudiante universitario Edgardo Soto.

Entre esos problemas están el desempleo (14,4% en 2021), la pobreza (23% en 2021) y una economía con una deuda pública equivalente al 70% del PIB. La corrupción es otros de los grandes problemas nacionales.

La situación se agravó con la pandemia de covid-19, que golpeó duramente el turismo, uno de los principales motores de la economía costarricense.

Descontento y poco interés

Otro porcentaje que refleja descontento y poco interés, según la politóloga Gina Sibaja, es el abstencionismo. En 2018 fue del 34,3%.

Que el PLN y PUSC encabecen los sondeos no sucedía desde 2002. Aunque, para Alejandro Molina, analista del Observatorio de Política Nacional (OPNA), los indecisos alterarán los porcentajes.

Ya pasó en 2018 cuando, dos semanas antes de los comicios, Carlos Alvarado ocupaba el sexto lugar con 5,6%, pero llegó a la presidencia.

Los contendientes saben que, de llegar al gobierno, la gestión no será fácil.

“Si lo que se piensa es que uno se va a encontrar un jardín de rosas, eso no será en este gobierno (...) Costa Rica se encuentra en momentos de crisis social, económica y política. Tenemos que unir este país”, dijo Lineth Saborío.

Para Figueres, la sobreoferta de aspirantes presidenciales “es un reflejo de esa frustración que se ha venido acumulando”.

“Si hay 25 ofertas electorales, es porque los partidos no están viendo todas las necesidades de una sociedad cambiante al mismo tiempo”, añadió Figueres, investigado en 2004 por una presunta asesoría irregular, sin que se hallara delito.

“Entiendo que la población esté desconfiada (...), la han estafado por años. Pero esta vez hay más esperanza”, adujo el economista y candidato Rodrigo Chaves, de Progreso Social Democrático, cuarto en los sondeos.

Los ciudadanos confían en su histórica estabilidad. “Espero que las elecciones sean celebradas en paz y con respeto a los valores democráticos a los que estamos acostumbrados”, dijo el empresario Josef Sauter, también indeciso.

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