El 1 de marzo de 1971, en un galerón que le pertenecía a la iglesia de la comunidad, comenzó la historia del Colegio Técnico Profesional Agropecuario de Jicaral.

Flor María Ramírez Quirós, de 80 años, fue una de las primeras educadoras que comenzaron a escribir la historia del centro educativo y a formar académicamente a los jóvenes jicaraleños en el cole que acaba de cumplir la media teja de años.

“Recuerdo que llegué dos días antes (de que usaran el galerón por primera vez) en un bote en la mañana porque solo se podía entrar con la marea alta, no había carreteras, ni nada.

“Le pregunté a un muchacho que quién recibía a los profesores y de una me avisaron que en la noche había baile, para recaudar fondos para hacer los pupitres para los estudiantes. Ahí comencé a conocer gente y hacer amistades que me han durado hasta la fecha”, recordó la educadora de Vida y familia (hoy educación para el hogar).

Ella estuvo los primeros seis años, luego se enfermó y tuvieron que incapacitarla permanentemente, pero vio graduarse a los primeros dos grupos de estudiantes.

El cole arrancó con unos 80 estudiantes y actualmente son 866 entre diurno y nocturno, comentó el director actual, Miguel Ángel Chavarría.

Según Ramírez, cuando empezaron ni siquiera tenían aulas.

“Era un galerón y las paredes se movían a través de unos rodines grandes para separar un aula de otra y el frente tenía cañas de bambú y como la temperatura ahí es muy caliente (no baja de 34 grados) decidimos hacer una enramada de palmas y los chiquillos le prendieron fuego y se quemó lo que estábamos haciendo para no asolearnos”, recordó la educadora, hoy vecina de Alajuela.

Doña Flor dice que esas épocas fueron hermosas y que cada vez que visita la comunidad, se enamora nuevamente de ella.

A ella le tocó, más de una vez, viajar en el bote de madrugada con un toro amarrado y los sacos de comestibles que llevaban le servían de almohada durante las tres horas de viaje.

“Yo les daba corte y confección y orientación. Era la mamá de las chiquillas y los muchachos. En aquel entonces se trabajó mucho, desde entonces se fundó el comedor que todavía hoy funciona, no como en aquellos tiempos, porque la pobreza ahí era extrema. Como yo era de carácter fuerte les decía, ‘vamos a recolectar papas, chayotes’, o lo que hubiese y lo preparábamos una agua rala para que pudieran comer algo”, contó con nostalgia.

También lograron conseguir el transporte para los estudiantes que vivían más lejos, que debían salir a las 4 a. m. de sus casas. Luego se comenzaron a construir las primeras aulas, como a los 700 metros de donde empezaron y consiguieron la campana que aún conservan bien cuidada.

Otro que tiene grandes recuerdos del cole es Roy Barrantes, presidente del equipo de primera división Jicaral Sercoba, que este torneo está en zona de clasificación.

Él es egresado de la generación 1987 y asegura que la mejor época de su vida la vivió en esos años, cuando incluso quedó campeón con el equipo de fútbol del cole, donde jugó como portero, pero suplente.

“Era una época muy bonita y sana, sin drogas ni alcohol. Era más seguro, podía ir caminando al cole que quedaba a unos 600 metros. Aunque Jicaral es seguro, no deja uno de tener precaución con los hijos que estudian ahí”, agregó Barrantes.

Carreras variadas

Actualmente, la institución educativa imparte carreras variadas y ajustadas a las demandas del mercado laboral como informática en redes, informática empresarial, secretariado ejecutivo, agroindustria agrícola, agropecuaria pecuaria, contabilidad y turismo en alimentos y bebidas.

En el gobierno de Daniel Oduber (1974-1978) se construyó la primera parte del colegio gracias a un convenio con el Banco Interamericano de Desarrollo y ahí han ido creciendo, según nos contó el director, que está en propiedad desde el 2004.

Ahora las instalaciones cuentan con porqueriza, lechería, plantación de mango y abejas para la apicultura y justamente la capacitación en el manejo de las abejas les ha servido de base a algunos apicultores que integran la asociación local, que es de las mejores plantas de Centroamérica en la producción de miel.

Así lo reconoció el presidente de la asociación, Lorenzo Rodríguez, quien nos contó que está conformada por 32 miembros, que producen entre el 60% y el 70% de la miel del país, la cual se encarga de comercializar Grupo Manza-Té, con la marca La Abejita.

Otros jicaraleños reconocidos egresados del CTP son el magistrado suplente Jorge López González y la periodista Jéssica Quesada Palacios.