Cuentero manudo no tiene tiempo para aburrirse

Rodolfo González es uno de los integrantes del grupo Alaputenses, el cual reúne a los cuentacuentos de la Ciudad de los Mangos.

La afición de Fofo por la narración de historias empezó hace 15 años y afirmó que gracias a los cuentos, su vida se llena de mucho cariño, gracias a sus seguidores.

"En esto de los cuentos no hay tiempo para aburrirse, hay que pulsearla, pero no me falta el trabajo. He tenido experiencias laborales que empiezan y terminan, pero los cuentos no acaban.

“Los cuentos siempre me han puesto el pan en la mesa, es una vida de mucha retribución, de cariño. Uno no trabaja con conflictos, trabaja con lo mejor del ser humano y despierta las mejores emociones de las personas. La gente lo agradece y uno contribuye a que la gente sea feliz”, manifestó este alajuelense, de 47 años.

González comentó que le gusta inspirarse en la historia de Costa Rica y cada cuento que narra la desea contar como si fuera un amor a primera vista, es decir, con mucha pasión.

“Cada historia la encuentro conversando con la gente, de las tertulias con la familia, de personajes populares. Este sábado presenté una historia que tenía dos años de estar masticándola, es una historia que cuando la repaso me confirma que estuvimos destinados uno para el otro”, destacó.

Rodolfo ha llevado su arte por muchos rincones del país y del mundo. En una visita a México, recuerda que fue a un hospital infantil y había un niño que reaccionó emocionado al saber que habría una presentación de cuentos para los niños.

“Siento que cuando uno cuenta una historia estás marcando una diferencia. Es esa posibilidad de dibujar una sonrisa en el rostro de una persona y ahora siento que el arte del cuentero está renaciendo y cada vez, hay más personas que desarrollan y transmiten este arte entre los suyos y los demás”, comentó.