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¡De aplaudir! Compran carritos de control remoto para llevar a niños al quirófano

Funcionarios sacaron plata de su bolsillo para comprar los chuzos

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Los pacientes más pequeños de los hospitales de Guápiles y Monseñor Sanabria en Puntarenas ya no llegarán llorando a los quirófanos gracias a unos carritos a control remoto en los que los transportan antes de ser operados.

La genial idea nació cuando los funcionarios de ambos centros médicos notaron que los chiquitines siempre explotaban en llanto cuando eran separados de sus padres, razón por la cual decidieron sacar dinero de sus bolsillos y hacer varias rifas para comprar los chuzos. Hay uno en cada centro médico.

Priscilla Vargas, anestesióloga y coordinadora de sala en el hospital de Guápiles dijo que la primera prueba la hicieron el viernes anterior con la niña Génesis Sánchez de año y tres meses de edad.

“Ella fue operada de un párpado, le dimos una vuelta de aproximadamente diez minutos en el carrito, al principio estaba asustada y con ganas de llorar, pero después se le quitó y estaba feliz”, comentó.

Vargas agregó que este método, además de relajar a los pacientes, también lo hace con los padres.

“Los papás de Génesis estaban asustados porque se trata de la hija de ellos, pero al ver que estaba sonriendo también entran en una etapa de tranquilidad, incluso la mamá le tomó varias fotos durante el recorrido, esto lo hizo más ameno”, añadió.

La experta recordó que cuando llegaron al quirófano, a la pequeñita le dieron ganas de llorar, no de miedo, sino porque quería seguir dando vueltas.

“Esta alternativa ayuda bastante en la psicología del menor, porque es muy distinto entrar en un carro de este tipo que en un camilla como se hace normalmente”, declaró.

Lo bueno se copia

Vargas aseguró que la idea se gestó a mitad de este año, aunque fue en octubre anterior cuando iniciaron con los preparativos para realizar la compra del vehículo.

“Esto lo vimos de un hospital en Estados Unidos, nos percatamos que era bastante efectivo y nos dimos a la tarea de hacer lo mismo para desviar la atención de los niños, hasta el momento solo lo hemos aplicado en Génesis, la fe nuestra es que otros pacientes tenga un comportamiento similar”, añadió.

En carrito que está en el hospital de Guápiles costó ¢400.000, mientras que el de Puntarenas vale ¢140.000.

De acuerdo con los encargados de ambos centros médicos, los dos juguetes serán aseados todos los días para evitar el contagio de alguna infección. Cada uno tiene capacidad para transportar a un niño de 35 kilos, la velocidad máxima es de 4 kilómetros por hora y la carga de la batería, que es eléctrica, es de 8 horas.

Bryan Castillo

Periodista

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