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Derechos de personas sordas con implante coclear se ven atropellados por atraso en la CCSS

Hace meses están esperando repuestos para poder escuchar

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Edificio central de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), Avenida Segunda, San José.  Foto: Rafael Pacheco Granados
Edificio central de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), Avenida Segunda, San José. Foto: Rafael Pacheco Granados (Rafael Pacheco Granados)

Los derechos de las personas sordas usuarias de Implante Coclear, un dispositivo electrónico que les permite escuchar, se han visto atropellados debido al atraso de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) en la entrega de los repuestos que necesitan.

El atraso ha generado molestia y preocupación en varios usuarios, e incluso, familiares, tanto que han tenido que recurrir a la Sala Constitucional y presentar recursos de amparo para que les entreguen los repuestos.

Ese fue el caso de Daniel Villalobos (nombre falso para proteger la identidad del amparado a solicitud de la familia). Después de que su procesador de sonido se dañara en febrero de este año, él presentó en el Hospital México una carta que señalaba que su dispositivo electrónico ya no funcionaba, para que le hicieran el cambio.

“El 3 de febrero comencé a percatarme de que algo le estaba pasando al implante. Pensé que era el cable, la antena, la batería. A la semana dejó de funcionar”, explicó a La Teja.

“La audióloga revisó el procesador y se dio cuenta que ya había cumplido la vida útil. Ella tramitó la carta para hacer la solicitud del nuevo procesador”, añadió.

Sin embargo, desde febrero está esperando la respectiva entrega.

Estas son las partes de un tipo de procesador de sonido que utiliza una persona sorda con implante coclear.
Estas son las partes de un tipo de procesador de sonido que utiliza una persona sorda con implante coclear. (@idlacl en X/@idlacl en X)

Debido al atraso en la institución pública, su estado emocional se ha visto afectado.

Según Villalobos, no es la primera vez que le solicita a la CCSS un repuesto, pero nunca había tardado más de dos meses en hacer el cambio.

Luego de asesorarse con un abogado y conversar con otras personas que atraviesan por la misma situación, decidió presentar un recurso en junio, velando por sus derechos.

Hace casi dos semanas, la Sala emitió una resolución del recurso, dándole la razón. Los magistrados le ordenaron a la Caja que le entreguen un nuevo procesador de sonido en un plazo de 3 meses.

“No sé cómo describir esta situación por la que estoy pasando, porque no tengo palabras. No es que me considere activista, sino que me gusta velar por los derechos, no solo los míos, sino de toda la comunidad sorda en el país”, expresó.

Dos familias más también viven con angustia de cuándo les entregarán los reemplazos que necesitan.

Karen Acuña es mamá de Alana, una niña de 9 años. La menor fue implantada hace seis años, y en mayo empezó a tener problemas con su dispositivo electrónico

Después de una cita con una audióloga, se confirmó que el procesador de sonido se dañó y requería un cambio ante la Caja. Su madre presentó la respectiva carta el 15 de mayo y, desde entonces, no ha obtenido la respuesta que tanto anhela.

La menor sufre al no poder escuchar, al punto de que se ha aislado y su rendimiento académico disminuyó; además, sus ganas de ir a la escuela han bajado.

“Hemos estado llamando al hospital y hemos mandado un correo con una carta de los maestros en la cual explican cómo ha bajado Alana en rendimiento académico y su forma de ser ha cambiado, está muy desanimada”, dijo Acuña.

El procesador de sonido se conecta con un implante que es colocado dentro del oído por medio de una cirugía.
El procesador de sonido se conecta con un implante que es colocado dentro del oído por medio de una cirugía. (The New York Times/The New York Times)

La desesperación de esta madre es tanta que el martes 15 de julio fue al Hospital México, donde la atendió un doctor, a quien le expresó su preocupación.

“Nos dijo que el hospital ya estaba en licitación y que había que esperar, por lo menos, de 2 a 3 meses”, comentó.

Rosibel de la Cruz Sibaja, vecina de San Vito, comentó que desde febrero está a la espera de que le entreguen varios repuestos, como el cable, el micrófono y dos baterías, para su hija Britany, de 15 años.

Esta mamá se preocupó por la educación de su hija y se esforzó para conseguir el dinero para comprar, al menos, el cable, cuyo valor es de ¢103.200 colones, mientras en la Caja le dan las partes que necesita.

“Lo conseguí con ventas de tamales, zapatos de revistas y dos rifas”, dijo.

Britany vive solo con una batería que al final del día debe ponerla a cargar para volver a usarla al día siguiente. Su mamá desea que esta pieza no se dañe pronto, ya que es fundamental para que escuche y realice sus actividades en el colegio.

Este medio consultó a la CCSS para conocer su postura ante la situación por la cual están atravesando varios usuarios por la falta de repuestos; sin embargo, a la hora de cierre de la nota no se obtuvo respuesta.

Ingrid Hidalgo

Ingrid Hidalgo

Periodista de Nacionales. Licenciada en Comunicación de Masas de la Universidad Federada San Judas Tadeo.

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