Desde ahora huele a bronca

Juan Diego Castro oficializó este martes en las oficinas de su bufete, Jurisis, en San Pedro, que será el candidato a la presidencia del Partido Integración Nacional (PIN) y con esto se asegura un capítulo más del novelón protagonizado por Castro y Antonio Álvarez Desanti.

El candidato de Liberación Nacional y el del PIN se llevan ley desde hace 22 años, la bronca entre ellos es muy añeja y de muchos capítulos, por lo que la nueva temporada promete.

Este martes se empezaron a mandar los primeros filazos como candidatos presidenciales.

“No me preocupa Toño, no le tengo miedo, quien sí me preocupa es el abstencionismo, mi gran rival es la frustración y la desesperanza del pueblo que ya no quiere votar, si ese 40% del país que no vota entiende mi posición, no hay rival que nos pueda hacer daño”, le tiró Castro a Álvarez Desanti así de buenas a primeras, ayer mismo.

Toño no se quedó callado y le respondió con un gancho al hígado.

"Es cierto, ya van muchos pero muchos años de tener diferencias y pleitos con Juan Diego, pero en todos me lo he cachimbeado", dijo Álvarez Desanti.

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Puede decirse que el pique comenzó el 8 de diciembre 1995, cuando Juan Diego era ministro de Seguridad Pública y Desanti el presidente de la Asamblea Legislativa. Castro llegó a reunirse con Álvarez, pero llegó en medio de un desfile de motocicletas de la Fuerza Pública, la Policía Montada y 207 policías armados con fusiles M1.

Ese desfile provocó que los diputados pidieran la jupa de Castro, Desanti fue uno de los más chivas y en aquel momento dijo: “un ministro que ataca a diestra y siniestra a un poder de la República no es la persona conciliadora ni con el carácter más moderado para estar en ese despacho”.

Esos primeros guantazos terminaron con que Desanti y el resto de diputados tomaron una decisión histórica en la Asamblea Legislativa, el 14 de diciembre de 1995, se emitió un voto de censura contra el ministro Castro, algo que jamás había sucedido el país.

Tiempo después el fogón se volvió a atizar entre los dos políticos cuando a Juan Diego le dio por defender a un chofer de trailer que atropelló a Desanti, quien en el momento del atropello andaba en bicicleta, eso fue en el 2009.

En el 2012 se vivió lo que hasta el momento es la bronca más fea entre ambos.

 "Penosamente, me tocó ser testigo de primera línea. Estaba en un juicio que tengo en curso y los familiares de Juan Diego (la mamá doña Carmen María Fernández, que de Dios goce y el hermano Víctor Castro) llegaron a saludar a mi abogado (Erick Ramos), luego él (Juan Diego) se vino fuera de sus casillas y lanzó a su mamá en contra mía y le lanza un golpe a su hermano. Luego intervino el guardaespaldas”, comentó Desanti el 1 de junio del 2012, cuando se destapó el tamal de que la mamá de Castro lo demandó por agresión física y sicológica en perjuicio de un adulto mayor (en ese momento la mamá tenía 78 años).

Juan Diego siempre ha sostenido que él jamás agredió a su mamá y que todo fue un montaje político de Antonio Álvarez, que nada de lo que se contó sucedió y que se aprovecharon de su mamá y de su hermano para hacer politiquería.

Castro no ha dejado de tirarle golpecitos a Desanti desde hace 22 años.

En el 2016 incrementó sus denuncias, diciéndole a la prensa que se debía revisar muy bien los contratos de arrendamientos que tiene el Gobierno con ciertas familias, porque a la familia de Desanti le pagan millones de colones al mes, por dos edificios viejos La Llacuna (aproximadamente ¢65 millones al mes) y Raventós (¢79 millones al mes) que están en San José centro.

El liberacionista siempre se ha defendido como gato panza arriba diciendo que son contratos que tienen más de 50 años y pregunta qué haría el Gobierno si, por ejemplo, se tiene que ir el Ministerio de Educación del edificio Raventós.

Ante una historia de tantas diferencias, la campaña presidencial para el 2018 se espera bien caliente y polémica. Desanti y Castro se sacarán todos los chuicas de eso no queda duda.