Aún no logro superar lo que pasó en el encuentro entre Carmelita y Cartago en el estadio Fello Meza. Los goles caían sin parar (el partido quedó 6 a 2), como si fuera una pesadilla de la que no se puede despertar.
Ni el mismo Javier Delgado podía imaginar la desastrosa escena que les esperaba en su propia casa. Nada podía preparar a los cartagos para la humillación en su propio patio.
Hoy no dan ganas de salir ni vestirse de azul, solo se me podrían ocurrir dos respuestas: la defensa brumosa estaba dormida o ciega. La otra es que los carmelos encontraron el lugar exacto donde se escondía el muñeco y aprendieron a usarlo a su favor.
Antonio Bonilla
Otra cabeza rueda en Liberación
Con la salida de Víctor Hugo Víquez, el partido Liberación Nacional parece alejarse cada vez más de la ansiada silla presidencial. No terminan de explicar una cuando se meten en otra.
Desde el inicio de la campaña las figuras con "cola que les majen" se han salido. La primera fue Figueres, quien quiso apelar a la memoria de corto plazo de los ticos para hacerse presidente otra vez.
Don Antonio Álvarez no ha logrado quitarse de encima los rumores por supuestos escándalos en Panamá y ahora Juan Carlos Bolaños reclama otra víctima.
El cementazo resultó ser más grande y más viejo de lo que pensábamos los ticos. Ojalá se destape todo lo que anda chueco antes de que nos embarquemos eligiendo en febrero del 2018.
Flor Vásquez
Solo tres se salvan
La Comisión legislativa que investiga los créditos bancarios es como para sentarse a llorar. Bueno, seamos justos, no toda. Se salvan Patricia Mora, del Frente Amplio; Ottón Solís, del PAC y Sandra Pizsk, de Liberación Nacional. Los demás, todos juntos, dan pena ajena.
Cada vez que hay una comparecencia queda claro que –salvo doña Patricia, don Ottón y doña Sandra– los demás legisladores llegan pésimamente preparados, a ver qué se les ocurre preguntar. Mejor deberían salirse solitos y dejar que sean los que sí hacen bien su trabajo los que sigan en las sillas.
Francisco Álvarez