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Dígalo aquí: Hasta la Iglesia cobra caro

Calvario vestido de vigilancia privada

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Queda muy claro que las fiestas de Zapote dejaron de ser un asunto del pueblo y pasaron a ser solo para ricachones, ya que con los precios que se dejan cobrar, los que menos ganamos no podemos ni siquiera pensar en ir a darnos una vuelta. La entrada a los toros vale ¢20 mil, o sea, para ir con mi esposo y mis dos hijos, debo pagar ¢80 mil; cada atracción para adultos cuesta ¢500 y para niños mil colones. Un cantonés sale en 2.500 colones y un platico pequeñito de carnitas ¢4.500. Hasta ahí todo bien, porque la verdad es que los comerciantes cobran lo que la gente les quiera pagar, pero lo que no veo bien es que la Iglesia católica de Zapote se ponga a hacer negocio, pero con un garrote en la mano porque se deja cobrar 10 mil colones por cada carro parqueado. Entonces una se pregunta, ¿para qué Iglesia?

Esther Fonseca

Dan ganas de llorar cuando se trabaja como agente privado de seguridad para alguna empresa de esas que todo el mundo conoce, porque incumplen con el Código de Trabajo cada vez que les da la gana y en la cara del Ministerio de Trabajo. Trabajamos doce horas corridas, hay puestos que no tienen ni un servicio sanitario o casetilla para pasar la noche. Además, no pagan horas extra a pesar de que nos hacen trabajar 12 horas diarias. Pagan el salario supermínimo, no dan un equipo de seguridad digno y mucho menos pensar en que paguen puntualmente el aguinaldo. En este caso podría generalizar porque conozco a la mayoría de esas empresas. Muchas de ellas le pagan a uno el aguinaldo a mitad de diciembre, pero la segunda quincena de diciembre la pagan hasta enero. ¿Quién vigila esto?

Miguel Solís

Redacción

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Redacción La Teja

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