Nacional

Directora del hospital de Alajuela: “Recuerdo el 6 de marzo con angustia ante lo desconocido”

Ese día se confirmó el primer caso de coronavirus en Costa Rica y un segundo en el Hospital San Rafael.

EscucharEscuchar

La doctora Karen Rodríguez tenía solo dos semanas de haber asumido la dirección del Hospital San Rafael de Alajuela cuando le tocó enfrentar el primer brote de covid-19 en Costa Rica, en el que se contagiaron 32 funcionarios del centro médico.

La doctora, de 36 años, jamás olvidará el primer fin de semana de marzo, cuando se confirmó que en su hospital estaban los primeros casos de coronavirus propios del país. Aquel día se inició una batalla contra el mortal virus que ya le ha costado la vida a 1.996 personas.

En su persona, La Teja quiere reconocer a los miles de trabajadores de la salud que desde marzo están en la primera fila de una labor que no para y que, aun con una vacuna a la vista, sigue con mucha intensidad.

-Cuando vio que el virus ya estaba en Costa Rica y en su hospital, ¿qué fue lo primero que pensó?

Hay que sumar que estaba en la transición en la dirección del hospital. Yo asumí el 24 de febrero y el primer caso fue el 6 de marzo, entonces había un tema logístico desde el punto de vista de funciones, de conocer a la gente, es un hospital en el que hay muchos departamentos, son más de 1.600 funcionarios. Había que reaccionar rápidamente.

La noticia fue impresionante, uno no se espera tener el caso ya hospitalizado; es diferente si me avisan que tenemos un caso que está siendo abordado en emergencias o que viene porque lo trae Cruz Roja, y no que ya está internado en un cubículo de su hospital, donde ya hubo una atención, y hubo, incluso, personas a su alrededor. No hubo mucho tiempo ni de contemplaciones, ni de lamentos, fue de reacción.

-¿Qué fue lo más difícil en ese momento?

Primero calmar un poco la ansiedad, imaginé a la gente que se daba cuenta y estaba en ese servicio trabajando, a los que les íbamos a dar la noticia; pensaba en cómo llegarles a los compañeros y a los pacientes que estaban alrededor y qué hacer.

A la gente le dio miedo, y ¿cómo no?, si somos seres humanos. Teníamos que organizarnos, ver a quién tenía que hacerle las pruebas, teníamos que habilitar rápidamente la unidad de hospital de día, que fue adonde pasamos a los pacientes sintomáticos o sospechosos. Fue de mucho trabajo. Fue una noche- madrugada y dos días, sábado y domingo, en los que trabajamos muy duro para empezar a atender bien y de forma ordenada y controlada lo que estaba pasando.

Reinaldo Albernás

-¿Pasó días sin dormir por trabajar?

Sí, claro, vamos a ver… esa noche amanecimos en el hospital. En la madrugada me fui a descasar un ratico a la casa, me bañé, comí algo y me volví a venir. No fueron solo esos tres días, han sido muchos meses que, con mucha convicción, hablo de toda la Caja, hemos trabajado. Uno se ha dado cuenta cuando ve los grupos de trabajo, gerencia, regionales, área de salud, hospitales, estamos veinticuatro siete; no ha habido feriados, sábados, domingos.

-¿Qué significa el 6 de marzo para usted?

Tantas cosas, tantos sentimientos. Siempre he creído en Dios, pero este año más porque uno ve que en las crisis están las oportunidades, bendita la crisis que te acercó a Dios. Dios se fue encargando de alumbrar el panorama. Recuerdo el 6 de marzo con ansiedad, con angustia ante lo desconocido. Estás ante una enfermedad que no tenés claro cuáles son los procesos para atender. Yo lo traduzco como la ansiedad y la angustia ante lo incierto, pero la convicción de que al final usted se da cuenta de que la gente, el personal de salud, siempre, aunque tenga miedo, da el paso adelante.

Ese día yo vi reflejado el rostro bimodal: la compañera que estaba angustiada porque estuvo con un paciente positivo y que después iba para su casa, pero esa misma compañera sabía que su trabajo era atender a los pacientes que dependían de nosotros. No podíamos salir corriendo, decir “tengo miedo y me voy”.

-¿Qué ha sido lo más difícil durante estos nueve meses?

Puedo resumirlo en dos episodios, por supuesto que despedir al doctor (Reinaldo) Albernás, (jefe de Ginecología del Hospital de Alajuela, quien murió de coronavirus el 6 de abril) porque aunque no trabajamos mucho tiempo juntos fue de las personas que cuando yo llegué mostró anuencia y compromiso.

Y no se me olvida, y nunca se me olvidará, y mi vida estará para siempre marcada con la primera muerte de un colega, un médico pensionado que falleció en la unidad de cuidados intensivos del hospital, y era el primer fallecido del país (el doctor Roberto Galva), la familia no podía estar con el fallecido, no se podía hacer el proceso normal, eso no pasa con el covid.

Para mí fue muy duro, la hija me contactó y me pidió si lo podía ver a través de un vidrio en la unidad de cuidados intensivos; yo también tengo papá y yo me ponía en esos zapatos, no podemos deshumanizar este tipo de cosas, entonces se le dio el permiso con todas las medidas y yo la acompañé un momentico.

Ella quería despedirse, a través del vidrio le expresó todo el amor que le tenía y de ahí tenía que salir con un proceso diferente, no lo iba a volver a ver, no podían hacerle una vela. Ese proceso de duelo es abrupto, falleció y listo, eso me marcó mucho, fue terrible.

-Usted tiene una hija pequeña, ¿como ha hecho todo este tiempo?

Sofía, ya cumplió cinco años. Los chiquitos son extraordinarios, ella ha sido mi motor porque uno llega muy cansado y, a veces, muy tarde y ella ha tenido la paciencia de entender lo que está pasando y estoy convencida de que ella entiende y le cuenta a uno cosas que ve en las noticias y hasta se preocupa.

Ella sabe todo lo que pasa por el virus, no volvió al kínder, todo lo hizo virtual, sin embargo ahí está siempre contenta.

Ahora dice que le va a dejar alcohol en la ventana a Santa para que entre y que Santa viene con mascarilla, eso quiere decir que entiende más que muchos adultos.

-¿Cómo describiría el 2020?

Qué difícil ponerle una palabra al 2020 porque es tanto. Creo que un adjetivo sería extraordinario en todo el sentido de la palabra porque sufrimos, nos cansamos, perdimos amigos, familiares, compañeros, perdimos paz, pero así como nos caímos, nos levantamos.

Felipe Arrieta

Periodista egresado de la Universidad Latina de Costa Rica. Editor de La Teja desde el 2016. Empezó en Grupo Nación desde el 2009. Tiene experiencia en Deportes, Espectáculos y Nacionales.

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.