Doctores cambian pecho de paloma por una gran sonrisa

Niña de cinco años fue una de las más recientes pacientes

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Emily Ramírez es un pequeña de cinco años que nació con una malformación congénita en su pecho conocida como pectus arcaute, que combinaba los dos tipos que hay del padecimiento: el excavatum (pecho hundido) y el carinatum (pecho de paloma), por lo que desde el año y medio de vida estaba en control médico en el Ebáis de Pacayas, comunidad donde vive junto a su madre Yendry Ramírez.

Pero el 24 de junio la operaron en el hospital Max Peralta de Cartago y le corrigieron el problema, ella es uno de los casos más recientes intervenidos por los cirujanos pediátricos del centro médico brumoso.

Conocimos a la pequeña Emily exactamente un mes después de su operación y ya está con toda la pata y la alegría de una niña de su edad, pese a que según nos indicó el doctor Juan Pablo Murillo, cirujano a cargo de su operación, la recuperación tarda un poco más.

Doña Yendry y su hija conversaron con La Teja en el parque de Las Ruinas, en el centro de Cartago, y la madre nos contó que cuando nació su pequeña ella detectó que algo no estaba bien con su pechito; sin embargo, temió que se tratara de algo en el corazón, por lo que con ayuda de su tío, Joel Ramírez, la llevó a un cardiólogo que les explicó de qué se trataba.

Esta condición provocaba que Emily se agitara mucho y en ocasiones hasta le decía a su madre que le dolía mucho el pecho, pero luego se le quitaba el dolor y solo si se golpeaba le molestaba.

“Emily es muy coqueta, le encantan las fotos y hasta posaba cada vez que íbamos a consulta porque como parte del control le sacaban fotos para ver cómo iba evolucionando la condición. De hecho nos habían dicho que no se podía operar hasta más adelante, pero la última vez que fuimos a cita fue un martes y el jueves me estaban llamando para decirme que el domingo la internaban para operarla el lunes”, recordó Yendry.

Esta inmediatez le costó el trabajo a esta madre soltera que anda en busca de un bretecito.

Uno de los problemas asociados a esta malformación es el sicológico que entre más grande el niño, más pena le da que lo vean sin camisa, por lo que evitan nadar o las clases de Educación Física para que no los molesten los compañeritos cuando se cambian.

¿Qué es el pectus?

Según el cirujano pediátrico Juan Pablo Murillo, es una de las malformaciones congénitas del tórax más frecuente y se da por un hundimiento de las costillas, no se sabe el origen.

“Hay algún componente genético porque en algunas familias hay varios miembros que lo han tenido”, explicó Murillo.

Algunos casos son leves y no generan molestias, pero en los casos más complejos se dan problemas respiratorios, al punto que los niños tienen problemas para correr, caminar o hacer ejercicio.

El doctor Murillo nos contó que en Cartago ellos realizan diez operaciones de este tipo al año y consiste en colocar una barra de titanio de 20 centímetros que atraviese el pecho para corregir la deformidad, se deja de dos a tres años y luego se quita.

“Esta técnica es nueva y la estamos realizando desde noviembre del 2018, pero con otras técnicas desde hace 10 años”, afirmó el doctor Murillo.

La ventaja para los familiares del niño de que la cirugía la hagan en el hospital Max Peralta es que no tienen que ir hasta Chepe, porque algunas son de Turri o la zona de Los Santos y les cuesta más regresar.

Luego de la operación se mantienen cinco días internados. Los niños pueden operarse a partir de los 4 o 5 años por el tamaño de la barra de titanio que les ponen.