La estadounidense Narelys Amelia Miranda está buscando como desesperada a su papá por todo Costa Rica.
Jamás lo ha visto. Quiere darle el abrazo que toda la vida soñó, pero no sabe dónde está. Solo tiene tres pistas: le confirmaron que vive en Costa Rica, que se llama Crisanto y que es nicaragüense.
Con gran ilusión Narelys nos escribió pidiendo ayuda para cumplir el sueño de toda su vida. Su mamá jamás le habló mal de él, por el contrario, le contaba lindas historias y siempre le ha dicho que ella se parece tanates, por eso logró construir un amor profundo hacia su papito.
Narelys nació en Cuba y desde los 11 años vive en Oklahoma, Estados Unidos. Ya es ciudadana norteamericana, está casada y le anuncia a su papá que tiene dos nieticas, Mía de 7 años y Camila de 6, quienes también desean conocer con desesperación a su abuelito.
El sueño de toda la vida
“Quiero verlo, al menos, en una foto, quiero abrazarlo y darle mi amor, quiero saber si tengo tías, primos, en fin, otra familia. Ese ha sido mi sueño toda la vida, saber todo sobre mi papá, por eso estoy buscándolo en Costa Rica”, nos explica Narelys.
Como ella jamás lo ha visto, no podría reconocerlo, pero asegura que por medio de una foto su mamá, doña Martha Melchor, sí lo reconocería, por eso es que espera que en Tiquicia le ayudemos a encontrar ese amor jamás visto.
Si alguien logra ubicar a don Crisanto, por favor comuníquese con nosotros en La Teja, ahí le haremos el contacto para que hable con doña Narelys, no brindamos los datos de ella para evitar falsas pistas o que usen la información para molestar.
La búsqueda lleva ya varios años, pero nunca había acudido a un medio de comunicación, la hija se dedicó de forma personal a encontrar alguna pista de su papito, pero nada. Sin embargo, esa búsqueda no fue del todo en falso, porque durante varios años logró confirmar que su papá nicaragüense no estaba en Nicaragua sino en Costa Rica.
Amor cubano
Esta historia nace en 1983, el año en que el papa Juan Pablo II vino a Centroamérica y estuvo en Costa Rica. En ese año un barco llamado Los Caribes, de la empresa NamoCar Lines de Panamá, viajaba por todo el Caribe de América, incluido Puerto Corinto en Cuba, era un barco carguero.
En ese barco trabajaba como cocinero don Crisanto, quien por estos días puede tener unos 70 años, pero en el 83 estaba bien macuco, era bajito, con bigote, piel morena, muy alegre.
“Mi mamá era enfermera en Cuba, por medio de un amigo de Costa Rica, de apellido Quesada, fue que logró conocer a mi papá. Desde que se conocieron fue amor a primera vista, iban siempre al hotel Sevilla en La Habana. La relación duró varios meses, me cuenta mi mamá que se amaron mucho.
Él jamás supo de su hija
“La última vez que se vieron mi mamá le dijo que lo mejor era no seguir con la relación porque ya sabía mi mamá que él tenía hijos, entonces mejor terminó la relación.
"Lo que no le pasaba ni por la mente a mi mamá es que estaba embarazada, por eso él jamás se dio cuenta de mi existencia, él no sabe que tiene una hija. Yo nací un año después, en 1984”, explicó Narelys.
A esta hija desesperada le dieron una cuarta pista: para 1983 don Crisanto vivía en Naranjo. Eso es lo único que tiene. Si a usted le suena conocido este Crisanto cocinero de barco en 1983, de origen nicaragüense, comuníquese con nosotros al correo: redaccion@lateja.cr o bien llámenos al 2247-4747 y pida hablar con alguien de La Teja.
"Mi corazón me dice que está vivo, eso lo sé, por eso quiero encontrarlo. Ya debe superar los setenta años. Con la ayuda de La Teja estoy segura que lo encontraré.
"Yo no puedo ir tan seguido a Costa Rica, por eso toda ayuda es fundamental. Los ticos son muy nobles y amables, no tengo duda que aparecerán pistas que me llevarán a mi papá.
“Esta es una búsqueda de amor, de una hija desesperada que siempre soñó con conocer a su papá. Jamás lo he culpado de nada porque siempre entendí que a él nadie le dijo que mi mamá estaba embarazada”, aseguró doña Narelys.