Dos de cada diez niños ticos son diagnosticados con anemia, lo que alerta a las autoridades sanitarias del problema de salud que enfrentamos, según la clasificación de la enfermedad hecha por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Pero si ya esas cifras asustan, casi la cuarta parte (21%) de los menores con esta condición se encuentran en sus primeros dos años de vida, por lo que se hace indispensable reforzar la alimentación con alimentos que contengan hierro e iniciar el tratamiento. La buena noticia es que el 81% de esos casos es leve, 19% moderado y solo un 0.2% es severo.

Se desconoce el por qué de estos casos, pero se sospecha que mucho tiene que ver con los malos hábitos alimentarios y el alto consumo de productos procesados en lugar de alimentos naturales, explicó la nutricionista de la CCSS, Maricruz Ramírez.

Pero no se trata solo de un problema de falta de hierro, cuando una persona tiene anemia las células no reciben el oxígeno que necesitan y a largo plazo puede retrasar el crecimiento, afectar el desarrollo psicomotor y disminuir las capacidades de pensamiento, memoria y razonamiento de los niños, por lo que se hace muy importante tratarlo rápidamente.

Por eso la CCSS hizo un llamado a los padres de familia para que les hagan los exámenes de control necesarios a los niños y en el caso de los que ya están diagnosticados se les dé la medicina que es a base de hierro. El tratamiento debe tomarse de uno a dos meses, según el grado de severidad.

Herramientas a la mano

Si usted tiene un hijo pequeño le contamos cuáles son las herramientas con las que puede disminuir el riesgo de que su hijo sufra de anemia. La primera de ellas y la más importante es la lactancia materna hasta los seis meses. Pasados esos primeros seis meses, se debe brindar una alimentación variada y saludable.

La doctora Ramírez nos da los siguientes bolados para aumentar el consumo de hierro en los niños:

• El organismo absorbe mejor el hierro de los alimentos de origen animal, que de los de origen vegetal. Use vitamina C para potenciar la absorción de hierro, en especial si no come carne. Por ejemplo, acompañe el pinto con jugo de naranja, haga ensaladas con hojas verde oscuro y chile dulce, fresas y agréguele limón al plato.
• Otros platillos ricos en este mineral son los huevos revueltos con espinaca, la torta de huevo con relleno de queso y col rizada; sopa de lentejas con chile dulce, garbanzos en salsa de tomate con trocitos de mostaza, tortas de carne de res sin grasa, sopa negra (con frijoles enteros), olla de carne, entre otros.
• Los mariscos de concha y las vísceras tienen mucho hierro.

• La carne roja es otra fuente importante de hierro, en el caso de los niños la pueden comer molida, en sopa, en picadillos, al menos dos veces por semana. Cocínela con poco aceite y quítele los “gorditos” antes de prepararla. No use manteca ni mantequilla.
• Si no le gusta la carne, dele frijoles, lentejas, garbanzos, arvejas, pan integral, tortillas de maíz, semillas y la espinaca.

Eso sí, el abuso del hierro puede causar estreñimiento, para contrarrestar este efecto haga que su hijo practique lo siguiente:

• Tome más agua. Aún si es un bebé, dele agua hervida a temperatura ambiente entre cada chupón de leche.
• Sírvale más fibra. Las frutas (manzana, peras, naranjas, plátanos maduros) verduras y hortalizas son fuentes importantes de fibra. También la avena, el pan integral y las palomitas de maíz. 
• Asegúrese que el niño haga suficiente ejercicio. La actividad física (jugar bola, andar en bici o jugar basket) activa los movimientos intestinales.
• En el caso de los bebés: aplíquele aceite mineral para hacerle masajes en la barriguita en sentido de las manecillas del reloj.
• Muévale las piernitas como si anduviera en bicicleta y un baño caliente le estimula la digestión.