Nacional

¿Duendes se llevaron a Thiago?

Experta en estudiar estos casos habla sobre esta posibilidad

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La noticia de que en Santiago de Paraíso, Cartago, había desaparecido un niño de 3 años sorprendió al país el sábado pasado.

Por dicha la historia tuvo un final feliz y Thiago Fonseca Rivera apareció de lo más bien solo un día después tras 15 horas de búsqueda. Estaba a unos 400 metros de su casa, al lado de una quebrada.

El Ministerio de Seguridad Pública (MSP) informó que el chiquito se salió de la casa porque una hermanita dejó abierto el portón. Por dicha no tenía nada. Estaba sano y salvo. Eso sí, tuvieron que llevarlo al Hospital de Niños para que lo revisaran.

La desaparición generó muchos comentarios. Algunas personas no lograban explicarse cómo fue que el pequeñín se perdió. Gente de Santiago de Paraíso que cree en hechos sobrenaturales pensó de inmediato en los duendes, esos seres pequeños y traviesos que encontramos en tantas historias.

Stephanie Lara, del grupo Cazadores de Mitos, que se encarga de analizar este tipo de fenómenos, comentó a La Teja que no sería nada raro que efectivamente los duendes hayan tenido algo que ver.

“Es una posibilidad, antes este tipo de cosas se daba de manera más frecuente”, dijo.

Lara agregó que con base en los casos que han investigado, las horas preferidas de los duendes para “atacar” se inician a las 4 de la tarde. Thiago se perdió a las 5 p.m.

Octavio Casanova, miembro de la organización Azoth, que también estudia este tipo de hechos, explicó que los duendes no son hombres ni mujeres (aunque tienen figura de humanos). Son individuos vivientes que habitan en zonas montañosas porque son considerados cuidadores de la naturaleza. Su tamaño va desde los 10 centímetros hasta los 20 centímetros.

“Existen muchos tipos de duendes, hay puros, impuros, viciosos y virtuosos al igual que nosotros los hombres y mujeres”, comentó Casanova.

Ahora, ¿qué podría haberlos motivado a llevarse al niño?

El experto contó que el comportamiento de estos personajes es similar al de un niño, por eso es que prefieren acercase a ellos, ya que se sienten más tranquilos con su presencia.

A pesar de que algunos tienen pensamientos perversos, lo que buscan con los güilas es entretenerse porque una de las características que tienen es que son alegres y disfrutan haciendo travesuras.

“Ellos se comportan como niños, en su naturaleza está comportarse así y por eso les gusta jugar. Ellos, al no tener alma, no piensan en servir o seguir a Dios, el instinto los mueve a comportarse honestamente. Ellos se visten, cubren sus partes igual que nosotros, se alimentan del entorno en el cual se mueven”, agregó.

Doña Kattia Alfaro nos contó que ella cree en los duendes, ya que cuando tenía 7 años vio uno en Miramar de Puntarenas.

Aquella vez lo observó en una especie de bosque. Dice que estaba sentado y era de baja estatura.

“Yo iba con mi abuelo, ese día yo me le adelanté a él, cuando iba caminando me apareció el duende, era pequeño, él me vio. Cuando yo le iba a decir a mi abuelo, salió corriendo”, mencionó doña Kattia.

Pero eso no fue todo ya que cuando el pequeño ser salió corriendo, ella logró observar algo que aún recuerda como si fuera ayer.

“Se escuchaba como el galope de un caballo, estaba vestido con una camisa blanca y lo demás era negro (pantalón y botas), también tenía un gorro rojo”, afirmó.

Le consultamos a doña Kattia si consideraba que fueron estos seres los que se llevaron a Thiago por unas horas y su respuesta fue contundente.

“Yo pienso que sí fueron ellos porque lo buscaron por todo lado y no apareció. Estaba muy cerca y nadie lo vio, no hay ninguna otra explicación ni teoría para pensar que no fueron ellos. Mi abuela nos contaba que a un tío le pasó lo mismo, estuvo perdido dos días y buscaron hasta por debajo de las piedras y apareció en un lugar por donde ya habían pasado varias veces, pero sin verlo”, destacó.

Stephanie Lara reconoció que ella ha tenido contacto con los duendes, al punto de que en su casa, en El Roble de Alajuela, instaló un altar para pedirles protección a estos amigos de la naturaleza.

En este siempre deja confites, pone inciensos, juguetes y hasta dinero. Dice que la plata les gusta y se la llevan.

“Ellos entienden que somos amigos, también puse incienso de vainilla, de manzana y un vasito con miel. Ellos se llevan las ofrendas poco a poco”, manifestó.

Agregó que cada vez que está frente al altar hace un pequeño ritual y dice la siguiente frase: “Invoco a los seres del norte, del sur, del este y el oeste, a los dos vientos y cuatro puertas. Solicito protección, abundancia y compañía, prometo ser leal y cuidadosa con la madre (naturaleza)”.

Usted decide si cree o no. Nosotros solo le contamos la historia.

Bryan Castillo

Periodista

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